martes, 24 de mayo de 2016



CONDUCTA EXTRAÑA.








NOMBRE: STORMY

RAZA: LABRADOR

EDAD: 2 AÑOS


CONDUCTA Stormy no bebe su agua, juega con ella. Cada vez que su humano le llena el cuenco, sorbe un poco y, acto seguido, coloca sus patas delanteras encima y comienza a chapotear y salpicarlo todo de agua. Sus propietarios están ante un dilema existencial. Están hartos y aburridos de recoger el agua de los continuos chapuzones se Stormy pero tampoco quieren que pase sed por no tener agua en el cuenco.

Hasta ahora han optado por mantener el cuenco lleno de agua [o al menos intentarlo] pero el suelo de la cocina empieza a estar inundado. También han probado con un cuenco más pesado, que resulta más difícil de volcar, pero Stormy se las ingenia para derramar toda el agua igualmente.







SOLUCIÓN “Este perro desea nadar”, asegura Judith Halliburton, adiestradora y experta en conducta animal de Albuquerque, Nuevo México, y autora de Raising Rover. “Los labradores lo llevan en la sangre, como el traer las presas. El labrador ha sido criado durante cientos de años para trabajar en el agua y, como es natural, le encanta”.






“Hasta los labradores pueden aprender a ser algo más limpios --añade-- pero la única manera de conseguirlo es si Stormy satisface sus ansias acuáticas en algún otro sitio”. Sus dueños podrían comprar una pequeña piscina infantil y colocarla en el patio de la casa. “Colóquenla en al patio, llénenla hasta la mitad y dejen que disfrute de ella”, aconseja Halliburton. “En invierno puede que decida pegarse algún que otro chapuzón; en verano probablemente se trasladará a vivir en ella”.







Una solución más conveniente para los propietarios de Stormy sería adquirir un comedero-bebedero elevado en una tienda de animales. Este tipo de recipiente 
---generalmente de acero inoxidable o de plástico--- eleva los cuencos hasta la altura de la boca. Pese a que se emplea principalmente para ayudar a comer a los perros con problemas articulares, eleva el agua a unos 30 ó 60 cm del suelo hará que Stormy no pueda juguetear con ella.







“Por último, cuando haya acabado de beber y empiece a jugar, retiren el cuenco”, recomienda Halliburton. “Cuando se calme, pónganlo en su sitio de nuevo. Así entenderá que con el agua del cuenco no se debe jugar”.











FUENTE: “MANUAL DE EDUCACIÓN CANINA”  (Guía completa de los buenos modales).

COLABORADORES: Sheree Crute, Susan Easterly, Tony Farrell, Susan McCollough, Christian Millman, Jana Murphy, Amy D. Shojai.

© 1999 de Weldon Owen Inc.

© 2000 de la edición española:
Könemann Verlagsgesellschaft mbH, Colonia, Alemania

EDITORIAL KÖNEMANN






































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