sábado, 25 de enero de 2014



UN CAPITÁN GENERAL GATUNO.



En cualquier comunidad de gatos se establece una jerarquía. En una casa con varios gatos, por ejemplo, uno de ellos (o una de ellas) acaba considerándose el gato jefe y, mediante gruñidos, bufidos, el uso de un lenguaje corporal agresivo y la lucha cuerpo a cuerpo, tratará despóticamente a los otros gatos y se impondrá sobre ellos.




En la mayoría de los casos, los demás no se lo discuten mucho y raramente luchan entre sí. Acatan al jefe (o a la jefa), pero entre ellos tienen una relación distendida. Los gatos no establecen rígidas jerarquías como, por ejemplo, los gallos y las personas. Pero hay algunas situaciones en las que esta relación se deteriora. 




Una de las situaciones de este tipo más penosas de presenciar para las personas es cuando un gato enferma o se debilita, los demás gatos suelen ponerse en contra del gato enfermo. Le persiguen, le impiden emplear su espacio habitual de descanso y no le permiten comer hasta que terminan los demás.




Es igual de frecuente que el resto de los gatos de la casa se eche encima del compañero que acaba de volver de la residencia para gatos, o la clínica veterinaria. Invariablemente, todos gruñen y bufan ante su mera presencia, fundamentalmente, porque el gato enfermo, o que vuelve de su visita al veterinario, o un gato recién llegado de la residencia, huelen "raro".





Hay otra situación en la que se produce este continuo hostigamiento, y es cuando una colonia de gatos [sin que se conozcan circunstancias atenuantes] decide tratar a uno de sus miembros como a un verdadero paria. Le bufan, gruñen y atacan; no permiten que su víctima coma ni beba, y  ni tan siquiera que use el arenero.  Esto suele ocurrir cuando hay varios gatos conviviendo en la misma casa y si no queremos que el gato atacado muera tenemos que aislarlo.





Los problemas en la convivencia entre una colonia de gatos caseros suele ser por falta de higiene en los areneros, comederos o bebederos, por no estar esterilizados, o por no tener comida permanentemente en el cuenco (algunos gatos se angustian si no ven comida permanentemente a su disposición)  o que el agua de bebida no esté lo suficientemente fresca y limpia…. etc. Una limpieza de los areneros tres veces al día y agua fresca, así como la castración de todos los miembros, suele tranquilizar mucho el ambiente.










FUENTE: "Las 101 preguntas que su gato le haría, si pudiera hablar"
Todo lo que usted debe saber de su gato: *Dieta; *Comportamiento;
*Aseo; *Sexo; *Cuidados preventivos.

AUTOR: BRUCE FOGLE, Doctor en Veterinaria y miembro del Royal College of Veterinary Surgeons del Reino Unido. Además de ejercer su profesión, es conferenciante sobre conducta animal en facultades de Veterinaria de todo el mundo. Es autor de varios libros sobre el problema de conducta de animales domésticos, entre ellos La Mente del Perro y
La Mente del Gato.

© Dr. Bruce Fogle, 1993
© EDICIONES TEMAS DE HOY, S.A. (T.H.), 1994, Madrid.




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