lunes, 6 de octubre de 2014




LA EXISTENCIA ESTRESANTE DE LOS ANIMALES DOMÉSTICOS








Muchos de los problemas que las personas tienen con sus mascotas son resultado de las condiciones artificiales y estresantes a las que los animales domésticos tienen que enfrentarse a veces en la vida moderna.

Caballos que están encajonados en establos durante muchas horas al día sin tener oportunidad de realizar conductas típicas de la especie, como correr por el campo y socializar, pueden desarrollar los llamados "vicios de cuadra", muy parecidos a las conductas obsesivo-compulsivas de los humanos con psicopatologías: mastican sin parar, se mueven en zigzag de delante hacia atrás o realizan conductas de automutilación.






Los perros a los que se deja solos todo el día también pueden desarrollar inclinaciones destructivas o ponerse histéricos cuando sus humanos salen de casa. Los gatos son lo suficientemente adaptables a una gama de ambientes físicos y entornos sociales como para ser relativamente inmunes a esos traumas mentales. Una vez que han marcado su territorio, la mayoría no tendrán ningún problema en que lo dejen solo en casa todo el día o varios días (con comida, agua y areneros suficientes, se entiende), aunque sea en un apartamento pequeño. La mayoría de los gatos que han sido socializados convenientemente durante la infancia aceptará de buen grado las idas y venidas de sus humanos e, incluso, las atenciones de otros humanos extraños y familiares.







Los problemas que tiene la gente con los gatos guardan más relación con su conducta normal que con conductas gatunas anormales. Los gatos no se vuelven locos cuando se ven atrapados en situaciones artificiales, ni tampoco cambian mucho su forma natural de comportarse. Pero inevitablemente, algunas de sus costumbres naturales son incompatibles con la idea que los humanos tienen sobre cómo llevar sus vidas, que suelen incluir cosas como tener un sofá sin marcas de garras o un microondas que no huela a orina de gato, cortinas rasgadas, butacas destrozadas…






Teniendo en cuenta la resistencia que los gatos suelen mostrar ante el adiestramiento directo que funciona casi de modo automático con animales sociales como los perros, estos choques culturales entre gatos y personas pueden convertirse en una importante fuente de problemas que hacen que los felinos parezcan seres casi intratables.






En Estados Unidos son sacrificados 4 millones de gatos al año en las protectoras de animales, debido en muchos casos a que los propios dueños tuvieron que renunciar a ellos por problemas de comportamiento. Casi la mitad de los dueños entrevistados dijeron que su gato tenía problemas de conducta, y una revisión de los problemas que obligaron a esos dueños desesperados a buscar ayuda profesional de expertos de comportamiento animal de la Universidad de Cornell [generalmente un último intento después de haber pedido ayuda a un veterinario y que el tratamiento fallara] reveló que el 59% eran problemas de "eliminación inapropiada", el 25% de agresión a otros gatos o a personas, y el restante 16% un cajón de sastre en el que se incluían problemas de alimentación (como anorexia, comer lana o plantas interiores), emitir demasiadas vocalizaciones, arañar o diversos "problemas relacionados con la actividad".







Muchas conductas indeseadas de gatos y que molestan a los humanos desaparecen al esterilizar al animal, preferentemente a los 3 ó 4 meses de edad. El marcaje se elimina con la esterilización temprana, antes de la madurez sexual.




Si el gato tiene un poste rascador al lado de su zona de descanso, y se le arreglan las uñas una vez cada quince días, aprende a afilarse las uñas en el sitio adecuado: el poste.






Menos ejecuciones y más esterilizaciones y/o control de nacimientos.



Enfrentarse con éxito a estos problemas puede tener más que ver con lo que podría llamarse "psicología ecológica" que con el adiestramiento o el recurso de terapias. Puesto que estos problemas normalmente son causados por los propios instintos naturales y no por conductas anormales, la solución no pasa por "curar" al gato de un "trastorno", sino por encontrar modos de canalizar y redirigir tales instintos de formas  tolerables para las personas. Se trata de engañar al gato, haciéndole creer que el resultado deseado es realmente el que él buscaba desde un principio.













FUENTE: "LA NATURALEZA DE LOS GATOS"; Orígenes, inteligencia, comportamiento y astucia del Felis silvestris catus.

AUTOR: Stephen Budiansky, científico, escritor y periodista, escribe para el periódico The Atlantic Monthly. Es autor de cinco libros sobre animales, naturaleza y ciencia [de los cuales se han publicado en castellano Si los animales hablaran… no les entenderíamos (2001) y La verdad sobre los perros (2002)] en los que consigue hacer accesibles temas científicos complejos a un público no especializado.

© 2002 Stephen Budiansky
© 2003 de la traducción, Patricia Teixidor
© 2003 de todas las ediciones en castellano.
    Ediciones Paidós Ibérica, S.A., Barcelona













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