lunes, 13 de agosto de 2018




EL ARTE DE LA TRADUCCIÓN: PERRO HUMANO - HUMANO PERRO.



Los perros y las personas

Para comunicarse con las personas, los perros no sólo ladran. Utilizan un abanico elocuente de gestos corporales para indicarnos qué piensan y qué quieren.






Un perro mira con nostalgia su correa y corretea inquieto delante de la puerta. El mensaje es obvio: "¡quiero salir!". Otro perro se mantiene rígido, con las orejas aguzadas y meneando la cola lentamente. Su lenguaje corporal y su gruñido grave y gutural advierten: "no me gusta la situación, ándate con cuidado". Otro contonea todo el cuerpo, ladra y moja el suelo siempre que su dueño regresa a casa. Su mensaje es: "eres el número uno, hago pis para demostrarte que sé que tú mandas".





Y luego está Sir Loin, un amigable labrador negro que vive con Marty y Teresa Becker en Bonner's Ferry, Idaho. Sir Loin adora que le rasquen la barriga y suele utilizar el truco de colocarse ante los Becker, simular una caída exagerada y colocarse patas arriba, con la barriga expuesta (máxima confianza) y meneando la cola a gran velocidad.





"Si no tenemos tiempo de hacerle cosquillas, agacha la cabeza y hace mohines", explica el Dr. Becker, veterinario y coautor de Chiken Soup for the Pet lover's Soul.  "Su mensaje no podría ser más claro: le hemos decepcionado."




Cada uno de estos perros envía un mensaje distinto, pero todos tienen algo en común: un amplio vocabulario basado en el lenguaje corporal, el contacto visual, el comportamiento, los ladridos y otros sonidos vocales.





Los perros no hablan, pero, en realidad, tampoco lo necesitan porque son expertos en atraer la atención de sus humanos. ¿Por qué preocuparse en articular palabras cuando un ladrido juguetón, una cola agitada, una cabeza erguida, una pata levantada o una mirada conmovedora directa a los ojos pueden comunicar mensajes que no admiten posibilidad de error?.




Señales imprescindibles
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Aunque existen ligeras diferencias entre las distintas razas, e incluso entre individuos, todos los perros se comunican de manera más o menos similar. Con frecuencia, es posible determinar qué siente un perro por la manera en que está parado, por sus movimientos o por su mirada. Sin embargo, existen señales menos evidentes. Estos son algunos de los modos que los perros emplean para comunicarse con los humanos y, en algunos casos, también con otros perros.





Ladridos. Los perros ladran por muchos motivos: (es su idioma) para indicar que se divierten, que tienen miedo o que se sienten desamparados. Ladran para llamar la atención o cuando oyen un ruido extraño del que quieren advertir a sus humanos. El tono del ladrido varía según la motivación del perro, dice David S. Spiegel, veterinario privado de Wilmington, Delaware, especializado en problemas de comportamiento. "Un perro aterrorizado o angustiado ladra en un tono y patrón que indica aflicción. Mediante estos ladridos, solicita nuestra ayuda".




A pesar de que la mayoría de los perros ladran para decir algo, otros lo hacen sólo por diversión, por costumbre, o por aburrimiento, al quedarse solos. Este tipo de ladrido puede perpetuarse todo el día y acabar convirtiendo a su perro en una molestia para el vecindario ¿Alguien pretende que el perro esté más de 14 horas con las patas cruzadas, intentando no orinarse?.




Mordiscos. Morder es una acción natural en los perros que les proporciona gran satisfacción. Excepto cuando son cachorros y aún no han asimilado las normas de la casa, los perros aprenden rápidamente qué pueden y qué no pueden morder. Rara vez un perro adulto hace pedazos unos mocasines o una revista por error, comenta la Dra. Suzanne B. Johnson, experta en conducta animal con consulta privada en Washington. Los perros muerden cuando están ansiosos o aburridos, o cuando tienen demasiada energía y no realizan el ejercicio adecuado para quemarla.




Inclinación protectora. Los perros son muy tocones y no respetan el "espacio personal" como las personas, es frecuente que se acerquen a ellas y se recuesten sobre sus piernas. Nuestra reacción habitual es agacharnos y rascarles la cabeza, aunque no sea lo que ellos buscan.




Los perros que apenas se reclinan, en oposición a los que les gusta restregarse, quizá intentan expandir su espacio personal, robándole parte del suyo. A veces, éste es el modo canino de inclinarse agresivamente y decir: "soy un tipo duro y hago lo que me da la gana".




Y a la inversa, algunos perros se recuestan sobre sus humanos para pedir afecto y establecer sus posesiones, de modo similar a cuando una persona rodea con su brazo los hombros de su pareja al pasear por la calle. "Mi perra, Kira, se inclina hacia mí para impedir que me vaya", explica Joanne Howl, veterinaria con consulta privada en West River, Maryland.






Y por supuesto, algunas veces, su perro sólo se inclina porque le pica el cuerpo y se frota contra sus piernas porque no llega con las patas.






Roces de nariz. A los perros les encanta empujar a la gente con la nariz. En la mayoría de las ocasiones, tan sólo piden afecto, según explica el Dr. Nichol; "o quizá la silla en la que usted está sentado es su favorita y quiere que se vaya para hacerse con ella", añade.


Sonrisas. A algunos perros se les sube el labio superior cuando están contentos. Los malamutes de Alaska y los samoyedos también son conocidos por sus sonrisas. No obstante, los perros no sonríen como los humanos. Lo único que hacen es adoptar una expresión burlona cuando se sienten amenazados y agresivos y deciden enseñarnos los dientes.










Jugueteos con la lengua. "Cuando un perro saca repetidamente la lengua para lamerse el hocico, es signo indiscutible de que se siente inquieto", explica Judy Iby, veterinaria de Milford, Ohio, y autora de El cocker spaniel americano. Los perros suelen hacer este gesto cuando analizan una situación nueva o deciden si aproximarse o no a un extraño. También es común que saquen la lengua cuando están muy concentrados, como durante una sesión de adiestramiento.






Bostezos. Las personas bostezan cuando están cansadas o aburridas, pero, en el lenguaje canino, los bostezos suelen ser señal de estrés. "Un buen bostezo reduce la presión sanguínea y los ayuda a relajarse", explica la Dra. Howl. En una ocasión tuvo que tratar a una collie mixta asustada que se agazapaba temblando. Tras acicalarle la cabeza y el cuerpo durante unos minutos y hablarle en tono suave, la perra lanzó un gran bostezo y se puso en pie. "Después de tres o cuatro bostezos más, se había calmado y se convirtió en mi mejor amiga", dice la Dra. Howl.
"Fue fascinante presenciar como expulsaba la ansiedad del cuerpo".





Traducciones erróneas


Las personas y los perros hablan lenguas distintas, por lo que es frecuente malinterpretar los mensajes en ambas direcciones. Algunas veces no entendemos lo que nos dicen.  Y otras muchas, intentan decirnos algo, sin que nosotros ni siquiera nos demos cuenta de que lo que estamos viendo u oyendo es un mensaje.



                   Podenco, en una perrera de La Rioja, en espera


Imagine que su perro empieza a cavar hoyos en el patio trasero y nada de lo que usted haga consigue detenerlo. Se trata de algo más que un problema de conducta: probablemente sea el modo que tiene de comunicarle que está aburrido de la rutina diaria y de la falta de estimulación mental e intenta cambiar las cosas. Conocer las motivaciones del comportamiento de su perro es la clave para cambiarlo o, en caso de que sea adecuado, alentarlo.




Dado que los perros son animales de compañía, es natural que prefieran estar con sus dueños que solos. Muchas de las señales que emiten, desde los meneos de la cola hasta los mordisqueos en las patas de la mesa, no tienen otro objeto que llamar la atención. Cuando un perro agarra la cartera de su dueño con los dientes y empieza a corretear por la casa, no quiere cambio de mil, lo hace para que éste lo persiga. Si esto ocurre, habrá logrado que alguien juegue con él y ésa era su única intención.






Todos los perros molestan en ocasiones, sin que ello implique la existencia de alguna fuerza psicológica terrible. Los mensajes que intentan transmitir suelen ser simples: "me siento solo", "tengo celos" o "me aburro". No se portan mal para vengarse o causar problemas, ni siquiera lo hacen deliberadamente para comunicar qué les molesta. "Estos actos no suelen ser mensajes deliberados para sus dueños  [comenta la Dra. Howl] sino manifestaciones de lo que les pasa por la cabeza".





"Al traducir el lenguaje de los perros, hay que tener en cuanta la raza", explica Steve Aiken, experto en conducta animal de Wichita, Kansas. No pueden pasarse por alto las tendencias inherentes de un perro, porque saldrán a la luz de un modo u otro. "Dado que se los ha educado para cavar y apresar a los roedores subterráneos, es natural que los terriers quieran excavar en el patio de atrás", explica Aiken.





"Es posible que este rasgo instintivo no resulte de su agrado (como quizá tampoco lo sea la costumbre de morder del labrador) y entonces hay que buscar una manera de solucionarlo", explica Aiken. Algunas personas delimitan zonas de excavación para sus perros, lugares donde puedan cavar a sus anchas, y casi todo el mundo da a sus perros cosas para morder. "Si logra entender lo que su perro necesita [asegura Aiken] puede proporcionárselo incluso antes de que tenga que pedirlo".










FUENTE: "El lenguaje canino" (Cómo entender a su perro y conseguir que su perro le entienda".

Publicado por Matthew Hoffman
Asesor: Paul McGreevy, veterinario y profesor de conducta animal en la Universidad de Sidney, Australia.
Colaboradores: Susan Easterly, Elaine Waldorf Gewirtz, Bette LaGow, Susan McCullough, Arden Moore, Liz Palika, Audrey Pavia.

© 2000 de la edición española:
Könemann Verlagsgesellschaft mbH, Colonia, Alemania.



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