viernes, 28 de febrero de 2014



IDEAS ERRÓNEAS SOBRE LOS GATOS




Aunque la popularidad de los gatos está en pleno apogeo, hay mucha gente que aún tiene ideas equivocadas sobre ellos. Muchas de esas personas tal vez disfrutarían si tuvieran un gato, pero antes tendrían que decidirse a abrir la mente y el corazón.




La mayoría de las ideas sobre lo que no son los gatos se derivan de comparaciones con los perros y, claro, ésa no es la manera apropiada de ver las cosas. Otras falsas ideas se aplican a los gatos semisalvajes, los callejeros. Un gato que ha sido bien socializado desde el nacimiento (imprescindible la convivencia con la madre hasta los dos meses) y que ha creado vínculos con los humanos es un animal completamente diferente.




La madre-gata les aporta comida, amor y regañinas, cuando hace falta, y de adultos, sabe muy bien cómo comportarse.


Tampoco debes olvidar que lo que para algunos es un defecto, puede ser una virtud a otros ojos. A no todo el mundo le resulta agradable el cariño saltarín de un perro afectuoso.




MITOS SOBRE LOS GATOS

En el antiguo Egipto el gato era venerado como un dios, en la Europa medieval era vilipendiado como un demonio; metidos en sacos y quemados en la hoguera por centenares y, en la actualidad, en todo el mundo, es valorado, en general, como un buen compañero. A pesar de los cambios en nuestras actitudes con el paso de los siglos, ni la forma ni el temperamento del gato han cambiado mucho. Es la misma criatura que era cuando decidió asociarse con nuestra especie.




Representación escultórica de "BASTET" la diosa-gata egipcia. Museo del Louvre, París.


Ahora sabemos más que nunca acerca de los gatos, pero aún así todavía abunda por ahí mucha información errónea. Peor aún, en muchos casos se trata de información obsoleta, incorrecta y a menudo dañina que surge en lugares extraños y nuevos, como internet o el cine.




Investigar ideas arcaicas sobre los gatos es una forma interesante de descubrir cómo han sido vistos nuestros compañeros felinos a lo largo de las épocas, pero esos mitos y leyendas nunca deben reemplazar al conocimiento moderno a la hora de cuidar de tu gato.




Disfruta de las historias antiguas, son una buena lectura para estar con tu gato sobre el regazo en una noche fría. Pero, por el bien de tu compañero felino, recuerda siempre que debes mantener separados los hechos de la ficción.



                                                          Gatos jugando



PRIMER MITO: LOS GATOS TIENEN SIETE VIDAS


Los gatos son supervivientes, no cabe duda y, mantienen su estado salvaje más que cualquier otro animal doméstico. Tanto en las calles de la ciudad como en los graneros del campo, los gatos viven como lo hacían hace miles de años, matando a roedores con eficacia, reproduciéndose en grandes cantidades y aceptando cualquier tipo de dádiva sin renunciar ni a un ápice de su independencia. 






Gatos callejeros de la colonia "X", recibiendo al humano que les da de comer, los medica y los lleva al veterinario para esterilizarlos. Muchas personas trabajan para mejorar la miserable vida de los gatos salvajes y brindar, a los que puedan domesticarse, la afectuosa compañía que podemos ofrecer los humanos. Estas personas hacen el trabajo gratis a los diferentes Ayuntamientos, que miran hacia otro lado, en el mejor de los casos y en el peor de ellos gaseándolos…





Los esfuerzos de la raza humana casi no han alterado el cuerpo de los gatos, excepto en los casos de las razas de pura sangre más extremas, como el persa, de pelaje abundante, y el gato esfinge, que casi no tiene pelo (¡Incluso estas razas apenas han sufrido alteraciones en comparación con los cambios que se han realizado con los perros pura sangre!) El gato conocido familiarmente como gato callejero común, y en círculos más formales como doméstico de pelo corto o doméstico de pelo largo, parece estar bien equipado para afrontar los retos de la vida a la intemperie. Siempre que no se tope con una cuadrilla de torturadores urbanos.




Gato decapitado por este grupo de miserables, que se divierten de esta manera.


Alerta a la más mínima señal de peligro, puede correr a mucha velocidad, trepar aún más rápido y, si lo acorrala un adversario, defenderse con garras y dientes. Aunque a veces no logre ponerse a salvo.




El esbelto y ágil cuerpo de los gatos, venerado durante siglos a través de las palabras y el arte, puede caber por el agujero más diminuto o balancearse sobre el tablón más estrecho. Y si su movimiento acrobático fallara, el gato puede lanzarse a tierra con un brinco desde alturas sorprendentes, a menudo aterrizando de pie y saliendo ileso.




Con tantas cosas a su favor, ¿a alguien le sorprende que la gente llegara a creer que los gatos tenían no una vida, sino siete?




La verdad es que los gatos son más frágiles de lo que creemos. Como especie han resistido mucho, pero como individuos son igual de mortales que nosotros, y muy vulnerables. Aunque un gato de interior bien cuidado puede vivir hasta veinte años y más, un gato expuesto a la vida en la calle tendría mucha suerte si viviese la mitad de ese tiempo. Los peligros de la vida moderna (coches, predadores, vecinos con malas intenciones o enfermedades contagiosas) son demasiados y los matan por miles, incluso a los gatos más espabilados.



Este cartel es de una asociación asturiana, pero puedes contactar con las protectoras o refugios de tu ciudad para colaborar en mejorar la situación de los animales abandonados.


El desconocimiento TOTAL del comportamiento de los animales por sus compradores o adoptantes, hacen que sean abandonados en un porcentaje altísimo, cuando conviven con ellos.





                            Gata ciega, abandonada por este motivo.





Los gatos sólo tienen una vida, y necesitan de nuestro cariño y protección para que sea larga, saludable y feliz.



Para que el gatito, sea un gato adulto, sano y estable psicológicamente, tiene que ser criado por su madre-gata hasta los dos meses de edad.


Seguirá….


FUENTE: "Gatos para DUMMIES" (Aprende a: *Comprender el lenguaje felino; *Educar y cuidar de forma adecuada a tu animal de compañía;
*Identificar cuándo tu gato está bien y cuándo tiene problemas)

AUTORES: Gina Spadafori (Periodista); Paul D. Pion (Veterinario);
Revisado por Carlos Rodríguez, Veterinario presentador del programa "Como el Perro y el Gato".

© Centro Libros PAPF, S.L.U., 2011
Grupo Planeta, Barcelona.









jueves, 27 de febrero de 2014



CONTRAATACANDO CON VENENOS Y AGUIJONES





Ciertas clases de insectos voladores utilizan veneno. A menudo lo hacen para defenderse. Algunas mariposas nocturnas son venenosas para quien las coma. Sus colores brillantes advierten a los depredadores.





Las abejas y las avispas pican a sus atacantes, y éstas también pican cuando cazan. Las personas alérgicas a las picaduras de ambas pueden llegar a morir. Unas 100 personas mueren al año de esta forma sólo en Estados Unidos.





ALERTA AL VENENO

El colorido brillante de la avispa europea advierte a cualquier posible atacante de que es peligrosa. Las avispas, si se sienten amenazadas pican a todo ser vivo.





A diferencia de las avispas, las abejas son vegetarianas y normalmente no son agresivas. Pican para defenderse y sólo acostumbran a hacerlo como último recurso. Esto es así en parte porque mueren poco después de picar. Su aguijón tiene un extremo dentado que hace que se quede en la piel de la víctima. 




Cuando la abeja se retira, el aguijón se desprende y le causa una herida que la mata. Algunas abejas tienen aguijones especialmente peligrosos:
un enjambre de abejas de miel surasiáticas pueden picar a una persona hasta matarla.





COLMENA EN ACTIVIDAD

Las abejas de miel viven en una colmena, a menudo en gran número. En la colmena pueden vivir hasta 80.000 abejas obreras [hembras que no crían] y una reina y sus zánganos [los machos que se aparean con ella].


CONTRAATACANDO

La avispa puede ocasionar una dolorosa picadura [y no sólo una]. Su aguijón tiene caras lisas que le permiten picar una y otra vez. Algunas avispas, como la avispa común, atacan en grandes enjambres cuando defienden sus nidos comunes. La picadura de la avispa común es dolorosa, pero  no es nada comparada con la de la avispa halcón tarántula Norteamericana, considerada la más terrible de todas.





                                Ejemplar de avispa halcón tarántula



En un nido, sólo la avispa reina sobrevive al invierno. Después empieza con un nido nuevo.


Sólo pican las avispas hembra. En grandes nidos comunales son las obreras [las hembras que no crían] las responsables de defender el nido.





                                                 Larva de avispa


Igual que los humanos, las abejas y las avispas utilizan el olfato, el tacto, el gusto, la vista y el oído para poder moverse, encontrar comida y evitar el peligro. Sus ojos consisten en miles de pequeñas lentes, cada una de las cuales capta una visión ligeramente diferente, y su cerebro recoge una imagen total. Los pelos de su  cuerpo detectan el movimiento y los cambios de temperatura. Pero lo más importante de todo son las antenas, a través de las cuales las abejas y las avispas oyen, sienten y huelen.





Los minúsculos pelos detectan el calor y el movimiento.




La avispa utiliza  las antenas para oler, tocar y oír. Tienen un cerebro grande y dos más pequeños. Los insectos respiran a través de agujeros de aire llamados espiráculos.




Las avispas más conocidas son sociales, como las avispas comunes y los avispones (muy pacíficos), que viven en nidos con grandes cantidades de individuos. Pero la mayoría son solitarias [viven solas en un pequeño nido, normalmente en el suelo]. La hembra pone sus huevos, luego caza insectos, los paraliza con su aguijón y los lleva al nido para alimentar a sus crías. Muchas avispas solitarias sólo comen una clase de comida, como orugas, abejas o arañas.





Una vez terminada la celda, la rellena con arañas que va cazando por la zona y después de poner los huevos sobre sus víctimas, tapona la entrada.




                                            Avispa comiendo pescado


Hay al menos 20.000 especies de avispas de las cuales unas 19.000 son solitarias.





Los aguijones de las abejas y las avispas ofrecen buena protección contra los depredadores, pero deben estar alerta. Los ratones, los pájaros, los sapos, las arañas, y muchos otros animales pueden comérselas. Si una abeja o una avispa queda atrapada en una telaraña, la araña primero la envolverá con su seda pegajosa para que no pueda picarla, y luego se la comerá. Varias especies de avispa cazan otras avispas y abejas, incluída la avispa lobo, una gran avispa que se alimenta de abejas de miel. Pica a la abeja para paralizarla, y luego la arrastra hacia su madriguera.





Avispa lobo, Philantus triangulum [el lobo de las abejas] transportando a una abeja melífera.



ROBO DE DÍA

Las moscas ladronas atacan a las abejas y a las avispas. Las atrapan en el aire y las muerden hasta la muerte con su afilada boca, y luego se comen sus vísceras.




                                               
La mosca ladrona puede acelerar de 0 a 40 km/h en sólo dos segundos.









FUENTE: "Animales peligrosos" (Pequeñas guías).

AUTOR: George McKay.

© Weldon Owen Inc.
Editado por Fog City Press

© 2007 EDICIONES LIBRERÍA UNIVERSITARIA DE BARCELONA, S.L.,
Barcelona.














martes, 25 de febrero de 2014



UN TERAPEUTA DE CUATRO PATAS





En un gran número de casos, la mascota, aparte de dar compañía, se convierte en un excelente facilitador social, en una enzima, en una "vía de calidad" que nos permite relacionarnos con otras personas.




¿Qué quiere decir que las mascotas son una vía de calidad? Muy sencillo. Si por ejemplo tenemos en nuestro hogar una mascota adquirida responsablemente, los integrantes del grupo familiar hablarán, jugarán y realizarán actividades en torno al animal; esas interacciones, al ser el animal algo deseado y querido, serán tremendamente positivas: unirán aún más a los integrantes del grupo, facilitarán su comunicación, permitirán que afloren los sentimientos, establecerán vínculos sólidos, positivos… ¡de calidad!




Pero la tenencia de mascotas no sólo favorece la calidad en las relaciones; un animal de compañía puede ser uno de los mejores intermediarios para conseguir aumentar "la cantidad", nuestro número de contactos interpersonales ¿Quién se relacionará con un mayor número de personas? ¿Aquel que sale a pasear con su perro al parque tres veces al día? ¿O el que sale tres veces al día al mismo parque solamente a leer el periódico?




Pero… ¿cómo lo consiguen? Evidentemente un perro, una iguana o un gato no "piensan": "voy a ver si consigo que mi dueño, que es un poquito tímido y está más solo que la una, se comunique más con la gente"…





Aquí me encantaría mencionar un ejemplo… un maravilloso ejemplo de "Efecto Social"…





Una de las cosas que provocan mayor interés en mi "interior profesional" es la Terapia Asistida por Animales… Un gran y maravilloso mundo, aún sin explotar (como otras tantas cosas), en nuestro "presuntamente avanzado" país.





La asistencia a cursos, congresos, la lectura de información, los comentarios de especialistas en la materia, me han puesto en contacto con maravillosos casos, geniales realidades de los efectos sociales positivos de la interacción de los humanos con los animales de compañía, y concretamente, en este caso, con los gatos.





Julia es una persona mayor… muy mayor… El paso de los años, su "querida" familia, y otras muchas circunstancias, la han llevado a una carísima y refinada residencia para la tercera edad. Julia se encerró, no sólo en su habitación… Julia se pertrechó en su más profundo y oscuro mundo interior.





Los profesionales sanitarios intentaban por todas las formas que interaccionara con ellos, con los demás "humanos" que poblaban la residencia, pero ella, cada día que pasaba, hacía más grueso el caparazón que la separaba del mundo.





En esta entidad, algunos de los trabajadores propusieron la tenencia en los maravillosos jardines de una colonia controlada de gatos… Sabían de los beneficios que podían aportar estos geniales irracionales, y comentándolo con la dirección, llegaron a la conclusión de que podían y debían hacerlo.






Cuando la colonia estuvo "instalada", con la ayuda y supervisión de una entidad de protección animal, los trabajadores comunicaron a los residentes que unos "nuevos amigos" poblaban los jardines, y que, el que quisiera, podría ayudar en sus cuidados, principalmente los referidos a la alimentación de los mininos.





Julia esbozó una sonrisa, un gesto que hacía mucho tiempo no afloraba a su preciosa cara.





Al día siguiente, una mujer que no quería hacer nada más por ella misma, que había cerrado su corazón y había arrojado la llave suficientemente lejos para que nadie pudiera abrir la puerta, se arregló el pelo, se puso un cómodo vestido y unas "chanclas" y salió decidida al jardín.

Se sentó en un banco.




Ella sólo quería ver a los animales… Quería ver a unos seres vivos "puros", sin "oscuras intenciones"… no quería saber nada de humanos, de sus "dobleces", de sus "olvidos".





Julia abría los ojos escudriñando entre los matorrales, entre los setos… y tras poco tiempo de espera, uno de aquellos maravillosos y elegantes seres apareció…





Una preciosa hembra tricolor, a la que Julia inmediatamente empezó a llamar "Alegría", se quedó mirando a nuestra humana protagonista.

La sonrisa, la emoción, y una leve humedad ocular, hacían que la cara de Julia, mucho tiempo triste e inexpresiva, se presentara sencillamente radiante.




"Alegría", ven aquí


Julia dobló su dolorida espalda, ofreciendo sus huesudas manos al animal


Aquel felino, que leyó las mayúsculas y las minúsculas de cada sonido y gesto de Julia, se acercó lentamente, sin dejar de mirar a sus brillantes ojos.

El contacto del pelo, del cuerpo del animal, en los dedos de Julia, fue como una inyección de vida.

Todo cambió.





Julia salía todos los días al jardín, a "charlar" con "Alegría", que poco a poco le fue presentando a toda su familia felina





Julia, a los pocos días, sin darse cuenta estaba compartiendo con otros habitantes humanos del recinto las andanzas y las características de cada uno de los gatos.


La sola presencia de los animales consiguió que una mujer que sólo deseaba abandonar este mundo pasara a disfrutar del resto de su vida con plenitud.





Julia sigue bajando todos los días al jardín… Ahora lo hace en silla de ruedas, pero no falta a la cita con "Alegría" y toda su familia


Algo tan sencillo, tan simple como el contacto entre dos seres vivos, de distinta especie, puede crear unos impensables escenarios.





Nuestras mascotas consiguen abrirnos al mundo por el simple hecho de estar a nuestro lado. Entrando de puntillas en una clasificación profesional, podemos decir que existen dos vías concretas que promueven los efectos sociales del propietario de animales de compañía, o de los humanos que las disfrutan, como el caso de Julia, con el resto de sus congéneres: la ATENCIÓN y la COMUNICACIÓN.





ATENCIÓN

El hecho de pasear con un perro por la calle, o el comentar en la oficina, con el círculo de amigos; o con los compañeros de la residencia que tenemos, o que disfrutamos de la compañía de un gato, genera un claro interés de los presentes. En la mayoría de los casos, salvo en las excepciones de "manía declarada hacia las mascotas", la gente suele ver a los "amantes" de animales como personas naturales, sencillas, cercanas…





Pero la singularidad del humano, su enrevesado mundo interior, también puede conseguir que esta "atención" se dé completamente la vuelta… que algunos busquen en la tenencia de mascotas "falta de atención social", exclusión social: "atesoradores" de mascotas, los que conviven con especies exóticas y peligrosas (venenosas), ciertas "tribus urbanas" y sus pobres y satanizados perros…






No es poco frecuente, por desgracia, encontrar a personas que conviven con un gran número de felinos como una forma "inconsciente" de exclusión social, una forma de alejamiento del humano, de la realidad, por una dedicación plena "enfermiza", hacia los irracionales.





En el caso de los gatos, el apartado de atención tiene un menor impacto social que en el caso de los perros: son pocos los casos de humanos que pasean con sus gatos por la calle. Los grupos de amigos de los animales que se juntan en un parque con la "excusa" del paseo de su perro, no se da prácticamente en el caso de los felinos… Eso sí, las conversaciones que se producen entre los que conviven con gatos superan en "intensidad", interés y "unión" a los que hablan de sus perros… 
Debe ser un efecto "compensador".





COMUNICACIÓN

Si simplificáramos al máximo este punto, podríamos decir algo tan básico como que aquel que tiene una mascota, tiene un tema más de conversación. ¡Evidente!

Pero intentemos profundizar un poco…vamos a valorar los siguientes ejemplos: ¡¡los amantes del fútbol!! Este nutrido y enfervorecido grupo de ciudadanos puede eternizarse entre alabanzas a sus jugadores favoritos, en una defensa encarnizada a sus colores, o estimulando su más fina ironía para minar la moral de los seguidores de los equipos contrarios.





¡Bueno!… ¿Y los asiduos consumidores de "realities" o de programas del corazón? Este gran grupo social (así lo confirman las audiencias) conoce "al dedillo" los amores y desamores, el número de hijos y de amantes, los colores de la tapicería de los sillones del salón, los accesorios de los doscientos cuartos de baño y hasta la marca de los zapatos de todos los personajes del "Cuore" ¿Cuántas horas de conversación se invierten en estos temas? ¿Cómo se siente uno "de mal" si no está puesto en la materia y no es capaz de intervenir?





En definitiva, tanto "los del fútbol", como "los del corazón", y por supuesto, "los de las mascotas", encuentran en esos temas un gratificante medio de conversación, una especial forma de relacionarse con sus semejantes.





Nuestras mascotas, nuestros gatos, no lo dudemos ni un momento, consiguen romper la más gruesa y dura capa de hielo.

Siempre que salgo de mi consulta o del quirófano hacia la sala de espera de la clínica, tengo la misma sensación: "El Arca de Noé" y la "ONU" en el mismo espacio físico.





El "Arca de Noé"… Evidente.

En la clínica que comparto con otros tres socios, pueden verse todo tipo de animales esperando, al lado de sus propietarios, su turno de consulta: perros, gatos, hurones, iguanas, petauros, guacamayos… y otros muchos de difícil pronunciación.

Y la ONU…


Todo tipo de "humanos", de todo tipo de procedencias y condición saturan la sala de espera.





La ubicación de la clínica permite que podamos encontrar ciudadanos de diversos países de origen afincados en nuestro país… Y esta misma ubicación geográfica permite que exista una absoluta variedad "socioeconómica".

Pero, pero…




Lo maravilloso, lo genial, lo que debemos agradecer a todos y cada uno de los irracionales que están en la sala de espera, es que "sus humanos", todos y cada uno, dejan sus prejuicios, sus diferencias, sus "escalafones", para entrar en animada conversación con todos y cada uno de los que comparten ese tiempo y ese espacio.





No son pocas las ocasiones en las que cualquiera de los que rodea al animal que entrará el siguiente, en alguna de las cuatro consultas, sabe perfectamente qué le pasa: desde cuándo, por qué… Se lo han  contado todo, se han "abierto el corazón" unos a otros… Y, lo más valorable, han compartido lágrimas con aquel que necesitaba expulsarlas de su organismo, sintiendo el problema casi como si fuera suyo.

¿Comunicación?

Plena y sin tapujos.





COMPAÑÍA

Evidentemente…

Que las mascotas, por sí mismas pueden ser unos excelentes compañeros, es algo de indudable evidencia, pero las mascotas no sólo nos aportan compañía sin más, sino que pueden favorecer, mejorar o realzar, como hemos visto anteriormente, la compañía que nos ofrecen nuestros congéneres "de dos patas"…

De cualquier manera, nuestra especial forma de ser o de sentir, nuestros problemas o nuestro inmenso cariño, pueden conducirnos a que ese compañero sea considerado casi como un igual, como "una persona", o como el sustituto de ellas. Esto se denomina "antropomorfismo" y podríamos definirlo como la atribución de cualidades humanas a los animales.




Una nueva "terapia de gatos" en una prisión del Estado de Washington, ya está empezando a tener grandes resultados.


El grado de compañerismo que se genera entre el hombre y su mascota es tal, que en ciertas encuestas, una de cada tres personas afirma que su animal es su mejor confidente…


Casi todos, por no afirmar la totalidad, hablamos, a nuestros irracionales amigos… no tanto con la intención de que nos contesten, y sí inconscientemente como una forma de reforzar nuestros pensamientos o de descargar nuestros problemas.





Un gato es, sin lugar a dudas, un excelente compañero, a pesar de las 
"ancestrales reticencias" que siguen instauradas en muchas personas (gatos negros, mala suerte, poco fiables, independientes,… etc.).

Eso sí, queridos amigos, potenciales o efectivos torpes… Un gato es un ser especial, con una forma de ser singular.




BALTZA, después de 10 años, su humano no lo quiere, claro que, ya ha sido adoptado. No contestaba a su nombre, pero ya lo ha aprendido. O sea, que ni lo llamaban!


Para que la convivencia sea satisfactoria, plena, antes de nada, procuremos el tiempo necesario para conocer la idiosincrasia del gato.
Olvidemos nuestras suposiciones, supersticiones y los comentarios de los colegas… Leamos, preguntemos a los profesionales… Y si, tras el
FUNDAMENTAL estudio, conocimiento y valoración, seguimos pensando en compartir nuestra vida con un gato, ¡¡adelante!! Nunca os sentiréis defraudados.







FUENTE: "Cosas de gatos" (Cómo conocer y cuidar a tu mascota, para torpes)

AUTOR: CARLOS RODRÍGUEZ, licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, y copropietario de la clínica veterinaria Parque Corredor. Carlos ha trabajado también como director, presentador, asesor y colaborador en diversos medios, como Waku Waku (TVE1) o Club Disney (Tele 5), TP de oro al Mejor Programa infantil en 1991/2/3/4/5/6/8/2000 y 2001; y Premio de la ATV al Mejor Programa Infantil en 1999.

Es autor de varios libros, como "El encantador de gatos" o el gran éxito de esta colección "Cosas de perros". Actualmente, es director y presentador del programa de radio Como el perro y el gato en Onda Cero, así como del programa de TV del mismo nombre en Neox.
También es director de contenidos de mascoteros.com


© EDICIONES ANAYA MULTIMEDIA (GRUPO ANAYA, S.A.), 2011, Madrid
Colección OBERÓN PRÁCTICO