martes, 31 de diciembre de 2013



EL PERRO QUE NO SOPORTABA LA SOLEDAD.




Los perros son animales sociables y gregarios. Les entusiasma la actividad, no necesariamente porque quieran participar en ella, aunque la mayoría lo hagan, sino porque contemplarla es mentalmente estimulante. A menos que un perro se sienta mal o sea retraído, siempre querrá estar en medio de la acción. 




Cuando se recibe a alguien en casa, el perro quiere investigar, unirse a los recién llegados, darles la bienvenida y ayudar con la comida y las bebidas. No le gusta en modo alguno que lo excluyan.




Estar solo es antinatural y tedioso. Los perros que viven en compañía de los humanos aprenden pronto que cuando están aburridos sólo necesitan buscar a alguien de la familia que les hable, les toque, les dé de comer, juegue con ellos o, simplemente, les riña (sin pegarles). Esto es también una forma de atención, y atención es lo que más desean los perros.




Cuando toda la manada humana se va, dejando solo al perro, éste se siente ansioso, agitado y frustrado, y en su ansiedad se vuelve destructivo.




Sus actividades destructoras no se llevan a cabo como contrapartida por estar aislado. Por ejemplo, no se dice a sí mismo que va a orinar en la cama porque sabe que los humanos lo encuentran profundamente ofensivo: hace cosas que no haría si no estuviera frustrado o ansioso.




Para evitar estos problemas, se debería acostumbrar al perro, cuando todavía es joven, a quedarse solo. La gente debería irse tranquilamente, sin decirle  "Adiós" y sin tocarle: los perros son lo suficientemente inteligentes para darse cuenta del estrés que a veces está oculto en las voces de la gente.



Se le debe dejar al perro dos o tres juguetes masticables para que se divierta. Dejar la radio o la TV encendidas puede proporcionar un entorno tranquilizados y ayudar a reducir su natural ansiedad a un nivel aceptable.









FUENTE: "Las 101 preguntas que su perro le haría si pudiera hablar"
Todo lo que usted debe saber de su perro: *Dieta; *Comportamiento;
*Aseo; *Sexo; *Cuidados preventivos.

AUITOR: BRUCE FOGLE es doctor en Veterinaria y  miembro del Royal College of Veterinary Surgeons del Reino Unido. Además de ejercer su profesión, es conferenciante sobre conducta animal en facultades de Veterinaria de todo el mundo. Es autor de varios libros sobre los problemas de conducta de los animales domésticos, entre ellos La Mente del Perro y La Mente del Gato.

© EDICIONES TEMAS DE HOY, S.A. (T.H.), 1994, Madrid.





lunes, 30 de diciembre de 2013



¿UN CACHORRO PARA EL ABUELO?




En la mayoría de los casos un nuevo cachorro hace maravillas con el perro mayor, y con la familia también. Todos los perros, incluso los que están firmemente convencidos de que son humanos y que el resto de sus congéneres son extraterrestres, terminan por disfrutar de la compañía canina.




Con la excepción de los que muestran cambios seniles o que tienen molestias físicas crónicas a causa de la edad, cualquier perro [incluso los que nunca han experimentado la compañía de algún congénere] agradecerá en cuestión de días o semanas el haberle traído a la manada algo que entiende perfectamente.




A un perro de edad no le gusta, en principio, que un cachorro se le eche encima, lo lama, chupe, hocique, aporree o muerda. Intentará morder al pequeño, quien pronto aprenderá que el más viejo merece respeto.  Por otra parte, los cachorros huelen deliciosamente, hablan en un lenguaje canino mucho más claro que la gente y son una fuente de juventud, despertando una vena de competitividad y deseos de juego en el más viejo.




Las expectativas de vida del can jubilado son limitadas, pero su muerte es ligeramente más llevadera para la gente que disfruta de su compañía cuando hay otro perro en la casa rasgando el silencio con su bullicio. 






Hay, sin embargo, un punto crítico en la edad canina después del cual es poco sensato traer a casa un cachorro. Si su perro ya anciano está enfermo de forma irreversible [mental o físicamente] es mejor esperar a su marcha definitiva antes de meter en la casa a un cachorro.








FUENTE: "Las 101 preguntas que su perro le haría, si pudiera hablar"
Todo lo que usted debe saber de su perro:
*Dieta; *Comportamiento; *Aseo; *Sexo; *Cuidados preventivos.

AUTOR: BRUCE FOGLE, es doctor en Veterinaria y miembro del Royal College of Veterinary Surgeons del Reino Unido. Además de ejercer su profesión, es conferenciante sobre conducta animal en facultades de Veterinaria de todo el mundo. Es autor de varios libros sobre los problemas de conducta de animales domésticos, entre ellos La Mente del Perro y La Mente del Gato

© EDICIONES TEMAS DE HOY, S.A. (T.H.), 1994, Madrid.





domingo, 29 de diciembre de 2013



¿GATOS PARA TORPES?





Ningún torpe "de libro", debería convivir con una mascota.






No existen gatos "perfectos", el gato soñado: bueno, cariñoso, limpio, "económico", sano … Sinceramente no existe.  En la convivencia diaria del racional con el felino, por muy claras que se tengan las cosas, por muy bien que discurra todo, en algún momento, en algún punto de la convivencia, existirá algún roce: Pelos por los sofás, algún "pis" fuera de lugar, unos arañazos en algún precioso y cómodo mueble… Lo más curioso es que esos "naturales roces" son eso: NATURALES.





El gato no araña el lateral del sofá porque considere que la tapicería no "pega" con el resto de la decoración. El gato no es un infiltrado de IKEA que destroza nuestro mobiliario para que "redecoremos nuestra vida".





El gato no se arranca el pelo conscientemente dejándolo estratégicamente colocado sobre nuestra prenda para la cena de negocios … ni mucho menos… Más bien llega a nuestro vestuario por nuestra dejadez en la rutina del cepillado, como comprobaremos más adelante.





Y ese "pis"… Esa ¿marca de territorio? O esa muestra de un problema físico (cistitis, cálculos urinarios…) o un "escape INVOLUNTARIO" debido a un problema de estrés





¡¡QUE NO, TORPE!! Que el gato no hace las cosas para fastidiarte, para amargarte la vida; esos "presuntos" problemas parten del desconocimiento, de la falta de preocupación del humano por saber las características propias de la especie animal con la que convive, o de los problemas que pueda estar padeciendo, o ¡¡PEOR AÚN… QUE LE ESTEMOS GENERANDO!!.






Pues eso, que lo primero, lo fundamental, es conocer al gato.


Un gato no es un perro pequeño, no es una mascota de segunda, no debemos decidirnos por el gato porque queríamos un perro, pero como el gato da menos problema… Pues vale "Juli", un gato





Demasiados presuntos racionales (muy presuntos), llegan a incorporar a un felino al hogar como "descarte" del resto de opciones… Estos TORPES TARJETA PLATINO, tienen todas las papeletas para encontrarse con "presuntos problemas" en la convivencia… Problemas que, como ya hemos dicho y dejaremos muy claro a lo largo del libro, no son tales, y sí una lógica consecuencia del absurdo de esa convivencia.





Queridos torpes y gente "normal"…

El gato, evidentemente, requiere, para ciertas rutinas, menos tiempo que el "presunto rey de los animales de compañía", el perro: no tenemos que sacarles a pasear, pero ello no quiere decir que no tengamos que "compensar" esas "ventajas" con una absoluta desidia… Para muchos propietarios de gatos, el pobre animal, si no fuera por sus necesidades de ingestión y "expulsión", no dejaría de ser algo más parecido a un accesorio de decoración, que un ser vivo con todas sus necesidades y DERECHOS.





El humano, el torpe principalmente, tiene en mente una "lista" de mascotas más o menos sencillas para cuidar…





Cartel dedicado de corazón al Veterinario Carlos Rodríguez, de Madrid.



Pero yo me pregunto… ¿Esa lista no será en realidad una clasificación camuflada del mayor o menor RESPETO que sentimos por los denominados animales de compañía?.






Que si lo mejor para un niño es un hámster… Que es "facilito" de cuidar (o, seamos sinceros: que nos da menos "reparo" si le pasa algo), que si un gato no requiere tantos cuidados como un perro (o que puedo "pasar" más de él)…


Que nadie se moleste … ¡¡o sí!!





Tras muchos años de veterinario he visto "jetas", torpes de vocación, que adquirían un animal de compañía "de menor importancia", para callar bocas en casa…





También he visto a muchas personas, humanos de bien, llorar desconsoladamente por la pérdida de su AMIGO, sin tener en cuenta el tamaño, la especie , o "la facilidad" de sus cuidados.





Si elegimos mascota dejándonos guiar solamente por el corazón, sin aplicar la más pura y "dura" objetividad, la decisión se fundamentará, entre otras endebles razones, en nuestro "instinto paternal": la morfología, los comportamientos y las expresiones de ciertos animales de compañía, nos producen una inmensa ternura, principalmente las de aquellos que más se aproximan a los que nos recuerdan a un bebé (perros y gatos principalmente).





En la elección del tipo de mascota, podemos decir que una gran mayoría siente atracción por aquellas dotadas de demostrada inteligencia o simpáticas habilidades; suelen ser preferidos los animales de sangre caliente que los de sangre fría, por una simple cuestión de tacto; son más "apetecibles" los de pelo largo que los de pelo corto o desnudos; solemos buscar aquellos más dóciles, y exentos de riesgo…





Por supuesto que todo lo dicho es una tremenda generalización… "Una serpiente" no se aproxima, ni por asomo, a la tierna imagen de un bebé, su inteligencia es difícilmente valorable, su tacto dista mucho de ser cálido y agradable; no tiene pelo y algunas especies plantean algo más que dudas sobre su potencial peligrosidad…





Es cierto que casi todos los futuros propietarios buscan en su nuevo amigo sentimientos, emociones y expresividad lo más próximos y simbióticos a los del género humano; es preferible el contacto con un animal que manifiesta alegría al vernos, que aquel que permanece estático e impasible en una esquina de su terrario.





Esta búsqueda de expresividad, emociones y sentimientos, son los que alejan a muchos humanos de la elección de un gato como compañero frente al perro: un absurdo listado de sanbenitos:


*  Son independientes.

*  No les gusta que les acaricien.

*  Son ariscos.

*  No son de "fiar".

*  Dan mala suerte.



  


En fin… está claro que aquellos que argumentan todas estas, y otras muchas "sinrazones", no han dedicado suficiente tiempo para conocer la genialidad, la "idiosincrasia" del felino doméstico. Por ello, y desde mi humilde punto de vista, ningún pre-propietario, y mucho menos un torpe, debería incorporar un gato a su vida sin adquirir ANTES de la adopción del animal en cuestión, un buen libro sobre su comportamiento y/o acudir a cualquier biblioteca con el mismo fin.







La inmensa mayoría de los abandonos de animales, se dan por desconocer las características propias de la especie. Muchas personas que compran o adoptan animales creen que tienen a un bebé humano desamparado, pero cuando ese "bebé" destroza el mobiliario, va dejando pises y caca por los rincones de la casa, y en el caso de los perros, sacarlos a la calle un mínimo de tres veces, haga frío, calor o que su humano haya estado de juerga toda la noche o tenga la gripe… Ya no tienen un bebé, el susodicho se convierte en una "fiera incontrolable y destrozona" de la que hay que "deshacerse".










FUENTE: "COSAS DE GATOS" (Cómo conocer y cuidar a tu mascota
para TORPES)

AUTOR: Carlos Rodríguez; Licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, y copropietario de la clínica veterinaria Parque Corredor. Carlos ha trabajado también como director, presentador, asesor y colaborador en diversos medios, como Waku Waku (TV1) o Club Disney (Tele 5), TP de oro al mejor programa infantil en 1991/2/3/4/5/6/8, 2000 y 2001; y premio de la ATV al Mejor Programa infantil en 1999. Es autor de varios libros, como "El encantador de gatos" o el gran éxito de esta colección "Cosas de perros". Actualmente, es director y presentador del programa de radio Como el perro y el gato en Onda Cero, así como del programa de TV del mismo nombre en Neox. También es director de contenidos de mascoteros.com

www.librosparatorpes.com


© EDICIONES ANAYA MULTIMEDIA (GRUPO ANAYA, S.A.), 2011, Madrid

OBERON PRÁCTICO


CHIFLAD@S POR L@S GAT@S.



El gato posee belleza sin vanidad, fuerza sin insolencia,
coraje sin ferocidad, todas las virtudes del hombre sin sus vicios.

Lord BYRON (1788-1824)




Estatuillas de la diosa-gata "BASTET", expuestas en el Museo del Louvre (París). Símbolo de la fecundidad. Protegía a las parturientas y a los niños recién nacidos. 





Cuando en una casa egipcias se declara un incendio, sus habitantes
se preocupan muy poco del fuego y mucho de sus gatos. Los protegen,
los vigilan y, si alguno, fuera de sí logra escapar y precipitarse a las 
llamas, la aflicción abate a los egipcios. Cuando un gato muere de muerte
natural, todos los habitantes de la casa se rasuran las cejas. Colocan al
gato embalsamado en un compartimento sagrado y lo transportan a la
ciudad de Bubastis. (Macro-cementerio para gatos en el antiguo Egipto).

Relato de HERODOTO (484-425 antes de nuestra era)



BASTET, Large Estatue. Expuesta en el Museo del Louvre, de París.



Quien mata a un gato en Egipto está condenado a muerte. Haya o no
cometido ese crimen voluntariamente, el pueblo se agolpa y lo mata.

Diodoro de SICILIA (90-20 antes de nuestra era).




Aunque los gatos son criaturas bastante delicadas, expuestas a muchas
enfermedades, nunca he oído hablar de un gato que padeciera insomnio.

Joseph WOOD KRUTCH (Siglo XIX).



Por decreto-ley, se prohíbe beber cerveza a los gatos.

LEY ESTABLECIDA EN NATCHEZ, MISSISSIPPI, U.S.A.





Mi gato mostraba una predilección muy clara por el clavicordio.
Paseaba sobre las teclas, de una extremidad a la otra, volviendo sobre sus pasos. A veces se detenía un poco más sobre una nota y tendía la
oreja hasta el momento en que la vibración cesaba. Una noche, me había dormido en un sillón, cuando el sonido del clavicordio me despertó. 
Mi gato había vuelto a emprender su paseo musical, y realmente producía una frase melódica. Cerca de mí había una hoja de papel donde
transcribí lo que estaba componiendo

Doménico SCARLATTI (1685-1757), a propósito del tema de su 
Fuga en sol menor.





De todas las criaturas de Dios, sólo una no puede ser sometida por el 
látigo. Ésa es el gato. Si se pudiera cruzar al hombre con el gato, se
mejoraría al hombre, pero se rebajaría al gato.

Mark TWAIN (1835-1910)




Es mi espíritu familiar, juzga, preside, inspira todo desde la altura
de su imperio, ¿por ventura es un mago, un dios?

Charles BAUDELAIRE (1821-1867)




Ella jugaba con su gata
y verla era maravilla.
La mano blanca y la blanca pata
retozando en la sombra de la tarde.

       Paul VERLAINE (1844-1896)





¿Habré hablado demasiado y demasiadas veces del gato?
Peor para mi lector,
porque aún no he acabado de ensalzarlo.

         COLETTE (1873-1954)




A un gato llamo gato, y a "Rolet" pícaro.

       Nicolás BOILEAU (1636-1711)





¡Se pensaría que eso ha sido pintado por un gato!

Edgar DEGAS (1834-1917), comentando las pinturas de Renoir.




Toda acción realizada por un perro, que tenga como consecuencia
espantar, molestar o provocar a un gato, será considerada 
violatoria de la ley.

DECRETO-LEY DE LA CORTE SUPREMA DE CONNECTICUT,
U.S.A., 1901.




Los gatos deberán llevar tres cascabeles que con su sonido
anuncien su proximidad a los pájaros.

LEY VIGENTE EN LEMONINE, MONTANA, U.S.A.





Realmente, Dios se parece cada vez menos a un regidor y más
a la última sonrisa evanescente de un cósmico gato de Chester.

SIR JULIAN HUXLEY (1887-1975)




Cuando juego con mi gata [quién sabe si no gasta ella su tiempo
conmigo más que yo el mío con ella], nos entretenemos con
nuestras gracias recíprocas.

MONTAIGNE (1533-1592)




Una casa sin gato es como un acuario sin peces.

JEAN-LOUIS HUE.





El ideal de la calma es un gato sentado.

JULES RENARD (1864-1910)





Quien a los gatos ama bella mujer tendrá.

PROVERBIO MEDIEVAL.




Deseo que en mi casa haya una mujer razonable,
un gato deslizándose entre los libros,
y amigos en todas las épocas,
sin los cuales no puedo vivir.

Guillaume APOLLINAIRE (1880-1918).





Pero, animal doméstico, por encima de todo,
     el gato posee el espíritu profético
y bien hacían aquellos antiguos egipcios
                  venerándolo.

RONSARD






No hay gatos ordinarios. Hay gatos infelices, 
gatos obligados a la simulación, gatos insatisfechos,
gatos que un incurable error humano abandona en manos indignas,
gatos que esperan toda su vida una recompensa que nunca vendrá:
comprensión y piedad.
Pero tanta miseria y mala suerte
no bastan para formar un gato ordinario.

COLETTE



El hombre es civilizado en la medida
que comprende a un gato.

George BERNARD SHAW (1856-1950)





Pangúr
blanco Pangúr,
qué felices estamos
juntos, solos,
el estudiante y el gato.

POEMA IRLANDÉS DEL SIGLO VII ó IX.





Son distantes, discretos, impecablemente limpios y saben callar.
¿Acaso hace falta más para considerarlos
una excelente compañía?

REINA MARIA LESZCYNSKA, SIGLO XVIII





No lo dude: en los círculos, espectáculos, bailes y aun en las
academias, los gatos son bien recibidos, 
más bien requeridos. Es imposible no sentir
que en nuestro gato, tenemos
la compañía de un buen amigo, un mimo admirable,
un astrólogo nato, 
un músico perfecto,
el conjunto de los talentos y las gracias.

Agustín PARADIS DE MONCRIF.






                     He tenido cien gatos
¡O mejor: cien gatos me han tenido!

Paul MORAND (1888-1976)




Los férvidos amantes y los sabios austeros, 
aman del mismo modo, en su madura edad, 
los poderosos gatos, orgullo de las casas,
como ellos sedentarios, frioleros como ellos.
[…] Cuando sueñan, adoptan actitudes augustas
de esfinges reclinadas contra la soledad,
y parecen dormidos con un sueño sin fin;
mágicas chispas brotan de sus ancas mullidas
y partículas de oro como una fina arena
vagamente constelan sus místicas pupilas.

Charles BAUDELAIRE.





Me gustan los gatos
porque me gusta mi casa,
de la cual ellos han llegado poco a poco
a ser el alma visible.
Una especie de silencio activo emana
de su piel que parece sorda a toda orden,
a todo reclamo o reproche, que se mueve
con majestuosa autoridad en medio 
de nuestros actos, de los cuales
sólo distinguen aquello
que les intriga o lo que los conforta.

JEAN COCTEAU (1889-1963).






Si de veras quiere saber lo que pueden
llegar a ser el matrimonio y el amor,
tenga en su casa una pareja de gatos.

ALDOUS HUXLEY.





FUENTE: "PARA LOS AMANTES DE LOS GATOS"

© 1993 by GRUPO ANAYA, S.A., Madrid
ANAYA & MARIO MUCHNIK
Colección AGUAMARINA.