UN GATO EN EL JARDÍN
SANTIAGO GARCÍA CARABALLO
Veterinario
La llegada de la tan esperada primavera supone la presencia de cambios en el entorno, por ejemplo, los insectos y las plantas. Pero, ¿hasta qué punto pueden afectarles a nuestros felinos domésticos la llegada de los "bichitos" o de la misma vegetación?
LOS INSECTOS
Tras los fríos días del invierno comienzan a aparecer por todos lados un surtido muy variado de insectos, a veces simpáticos, como las mariposas, a veces molestos, como las moscas o las hormigas, y otras veces peligrosos, como las avispas o las cucarachas… Sin olvidar las pulgas, muy frecuentes en gatos con acceso al exterior.
Tanto si vivimos en una casa de campo como en un apartamento, su presencia puede convertirse, literalmente, en una plaga. Para nuestros gatos pueden ser una nueva y potencial fuente de entretenimiento. Su instinto de cazadores se ve fuertemente estimulado por esos animalitos que les tientan volando delante de ellos, correteando por la casa y que consiguen sacar de lo más profundo de sus genes el deseo de atraparlos.
Mientras no se trate más que de moscas o de polillas, no hay que preocuparse: no habrá ningún problema para su salud. De hecho, hasta nos van a proporcionar un buen espectáculo con sus saltos y la persecución de que son objeto las desvalidas moscas en el cristal de las ventanas, todo ello acompañado de castañeteo de dientes, que es su grito de guerra.
Los más hábiles aprenderán a cazarlas con facilidad, y hasta se comerán estas nuevas presas, pero lo cierto es que ni las moscas ni las polillas les van a contagiar ninguna enfermedad.
Otra cosa muy diferente es el tema de las abejas y sobre todo de las avispas, ya que los gatos menos experimentados pueden sufrir picaduras al plantarles la pata encima. El efecto de la picadura es similar al producido en nosotros: una sensación de quemazón y una inflamación allá donde hayan clavado el aguijón. En esta época del año es frecuente la llegada a la consulta de gatos jóvenes a los que, de repente, han visto cojear y que tras explorarles se detecta la inflamación y el dolor en alguna de sus patas delanteras, en cuyo caso el diagnóstico suele ser fácil. Afortunadamente, no es grave y con la aplicación de un antiinflamatorio mejoran muy rápido. Además, así aprenden: hasta ahora no he visto ninguno que repita.
Pero hay un problema que sí puede ser mucho más grave y es el producido por nosotros mismos al intentar eliminar a estos insectos que comienzan a molestarnos: moscas que entran por las ventanas, hormigas que de repente nos invaden la cocina, cucarachas que asoman por cualquier rincón… Para esto hay múltiples productos insecticidas en el mercado. Lo malo es que al impregnar el suelo o el ambiente, muchos de ellos pueden resultar tóxicos para los gatos, con un aparato digestivo bastante delicado como para procesar a estos plaguicidas.
Si necesitamos fumigar los rincones de la cocina en casa, o bien aplicar algún aerosol, conviene que miremos su composición. Algunos en el envase avisan de su toxicidad (o su inocuidad) para los gatos. Los más recomendables son los hechos a base de permetrinas, pero siempre hay que tener cuidado para evitar el contacto directo con el animal, la comida o el agua.
En el caso de los aerosoles o pipetas antipulgas, hay que tener igual precaución; la mayoría de los productos especifica claramente si se pueden utilizar en gatos o no. Y los antipulgas para gatos son mortales para conejos o cobayas.
Lo más avanzado es el ahuyentador de insectos por ultrasonidos: no los mata, los ahuyenta, y los hay para palomas, ratas, pulgas, avispas… etc.
LAS PLANTAS
A los gatos les gusta "lo verde". Juguetean con las hojas de nuestras plantas favoritas o directamente las mastican. Esta afición les viene de la necesidad de purgarse, comiendo en la naturaleza hojas de hierba, con lo que ayudan a eliminar el pelo muerto que ingieren al atusarse constantemente.
Pero en un piso no suele haber hierba, con lo que utilizan aquello "verde" que tienen a su alcance. Lo malo es que muchas plantas de interior pueden ser irritantes y producir desde abundantes babeos a gastroenteritis de diversa gravedad: la lista sería larga, pero incluye plantas tan conocidas como los potos o la Dieffembachia, el tronco de Brasil o los helechos. Otras como los lirios, pueden llegar a ser mortales.
LIRIO ROSA (Mortal para los gatos)
Tenemos un par de alternativas: la primera, ponerles una de esas bandejas con semillas de gramíneas ya germinadas. Su uso es muy fácil, ya que se riegan un poquito y a los pocos días brota una hierba tierna que los gatos devoran con avidez. La otra opción es poner en casa alguna maceta de "cintas" (Chloris chloris), popular planta de hojas largas y verdes, ya que no solo les encanta, sino que carece de efectos secundarios.
No obstante, si necesitamos fumigarlas contra los pulgones o alguna otra plaga, no olvidemos tener mucha precaución con los efectos sobre los gatos. Una sugerencia que da muy buenos resultados contra las plagas en plantas, es lavarlas con agua jabonosa (jabón chimbo normal) y aclarar, dejar la planta tratada fuera del alcance de los gatos durante cuatro horas. Otra solución totalmente ecológica para terminar con las plagas en plantas son las "mariquitas", ya que colocadas sobre las plantas terminan con todos los pulgones.
Mariquitas: el mejor insecticida.
FUENTE: REVISTA "EL GATO EN CASA", Nº 32, junio de 2013
Revista cortesía de Royal Canin.
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