martes, 26 de septiembre de 2017




QUÉ PIENSAN LOS ANIMALES.




                                           FÚ MANCHÚ


La primera vez que Fu Manchú se escapó, los vigilantes del Zoológico de *X, lo atribuyeron a un descuido. Era un día espléndido, y los orangutanes estaban jugando en su enorme jaula al aire libre. Más tarde los cuidadores vieron al simio y a su familia haraganear en los árboles cercanos al establo de los elefantes. Al indagar descubrieron que la puerta que comunicaba el cuarto de calderas con la jaula de los orangutanes estaba abierta. El supervisor, reprendió al personal y el incidente quedó olvidado. Sin embargo, la siguiente vez que hizo buen tiempo, Fu Manchú volvió a hacer de las suyas. El supervisor se enfadó. “Voy a despedir a alguien, pensó”.






ORANGUTÁN CON QUEMADURAS MUY GRAVES OCASIONADAS POR LOS INCENDIOS PROVOCADOS PARA DESFORESTAR SELVAS EN BORNEO.




Poco después, gracias al aviso de los cuidadores, que no querían perder el trabajo, el supervisor atrapó a Fu Manchú in fraganti. Después de bajar por una rejilla de ventilación hasta un foso seco, el joven simio había forzado la parte inferior del cuarto de calderas hasta dejar una rendija; entonces metió por ésta un alambre, quitó el cerrojo y abrió la puerta. Al día siguiente el supervisor observó que al orangután le asomaba por la boca un objeto brillante: era el alambre que le servía de ganzúa y que se guardaba allí cada vez que se fugaba.






WASHOE, NACIDA EN ÁFRICA, FUE CAPTURADA PARA SER USADA POR LA FUERZA AÉREA DE USA EN INVESTIGACIONES RELATIVAS AL PROGRAMA ESPACIAL. 

Las escapadas del simio salieron en los titulares de los periódicos en 1968, pero sus trucos no impresionaron mucho a los científicos que investigaban si los animales tenían procesos mentales superiores. En ese momento la atención se concentraba en tratar de enseñar a los simios a usar el lenguaje humano. Se logró un avance en 1970, cuando los psicólogos enseñaron a una chimpancé llamada Washoe más de 130 palabras del lenguaje de signos. Este trabajo provocó también un acalorado debate entre los científicos sobre la naturaleza de la inteligencia animal.






CHIMPANCÉ ENCARCELADO DURANTE 25 AÑOS, ABRAZA AL INVESTIGADOR QUE LO LIBERÓ.


Desde hace años Eugene Linden ha escrito mucho sobre los experimentos para probar la inteligencia animal y sobre la controversia que suscitan, y ha observado los problemas que afrontan los científicos cuando tratan de examinar fenómenos tan escurridizos como el lenguaje y la formación de ideas.






MI AMIGA Y ADMIRADA, LA VETERINARIA CARME VIDAL, HACIENDO LA VIDA UN POCO MÁS AMABLE A LOS CHIMPANCÉS DE UNA ZONA DEL CONGO, AYUDADA POR UN CUIDADOR. TAMBIÉN AYUDA A LOS HUMANOS QUE VIVEN ALLÍ. 


¿Piensan realmente los animales? ¿Tienen lo que llamamos conciencia?
Al reflexionar si podría haber mejores formas de estudiar la Inteligencia Animal que los experimentos diseñados para enseñarles signos humanos, Eugene Linden se percató de algo que ahora le parece lógico: si los animales piensan, quizá lo hagan mejor cuando les sirve para sus propios fines, no cuando los científicos desean que lo hagan.






                                          CARME VIDAL Y UN AMIGO.


El Sr. Linden habló con veterinarios, expertos en fauna y cuidadores de Zoológicos. Casi ninguno estudia la inteligencia animal, pero a diario todos encuentran muestras de su presencia o ausencia, y está convencido de que las anécdotas que cuentan constituyen una nueva ventana a la inteligencia animal:
los procesos mentales a los que recurren las criaturas cuando afrontan el CAUTIVERIO y la especie dominante del planeta: los humanos.





BEBÉ GORILA JUGANDO, DE LOS POCOS QUE QUEDAN EN LIBERTAD EN LAS MONTAÑAS VIRUNGA, DEL CONGO.


Trato hecho. Un día, *C, conservadora de primates del Zoológico de *X, se enteró de que una gorila llamada Colo, apretaba en la mano un objeto extraño. Cuando llegó a la jaula le ofreció unos cacahuetes. Colo la miró con indiferencia. Al comprender que estaban negociando, la conservadora, le puso a la vista un trozo de piña. Entonces Colo, sin mirarla a los ojos, abrió la mano y le mostró un llavero con cadena.






ASÍ REACCIONA UN CHIMPANCÉ ANTE UN JUEGO DE MAGIA.


Al ver que no se trataba de nada peligroso ni de valor, la mujer le dio la piña. La astuta gorila rompió entonces la cadena del llavero y le dio un eslabón a la experta, pensando quizá que no le convenía darle toda la cadena si podía obtener un trozo de piña por cada eslabón.





   
          
                                             CHANTEK


Si un animal es capaz de mostrar habilidad en negociar, ¿por qué no para manejar dinero? Esto fue lo que hizo Chantek, un orangután que participó en un estudio del lenguaje de señas realizado por la antropóloga Lyn Miles en la Universidad de Tennessee.






AYUMU, UN CHIMPANCÉ QUE NO SÓLO GANA A LOS HUMANOS EN PRUEBAS DE MEMORIA A CORTO PLAZO, SINO QUE USA TRUCOS PARA QUE NO LE PUEDAN GANAR. UN CHIMPANCÉ RESULTA SER MÁS INTELIGENTE QUE HUMANOS UNIVERSITARIOS. FOTO PROPIEDAD DE LA UNIVERSIDAD DE KYOTO.


Chantek se percató de que si hacía ciertas tareas, como asear su cuarto, podía ganar monedas y gastarlas en golosinas y en paseos en el coche de la antropóloga. Sin embargo la comprensión que el animal tenía acerca del dinero no se limitaba a transacciones sencillas, sino que abarcaba conceptos complejos como el de inflación y el de falsificación. Al principio la antropóloga utilizó fichas de póquer como moneda, pero el simio advirtió que podía ganar más partiendo las fichas por la mitad. Cuando la antropóloga empezó a usar arandelas, se puso a buscar trozos de papel de aluminio para tratar de hacer imitaciones.





CORKY, TRABAJANDO EN EL SEAWORLD DE SAN ANTONIO (CA)


Una orca al rescate ¿Por qué querrá un animal cooperar con un humano?
Los conductistas responderán que los animales colaboran cuando se percatan de que hacerlo puede redundar en su beneficio. Es cierto, pero esta explicación no parece suficiente.






CORKY, LA HEMBRA DE ORKY TRABAJANDO EN EL SEAWORLD DE SAN ANTONIO (CA), DONDE TRABAJAN MÁS ORCAS, DELFINES, TUBIRONES...ETC.


Gail Laule, experta en comportamiento animal de Active Environments, Inc., empresa que ofrece asesoría a zoológicos, nos habla de una orca macho que conoció. “De todos los animales con los que he trabado, ORKY era el más inteligente”, refiere.  “Evaluaba una situación y luego actuaba”.






CORKY Y SU HIJO, QUE YA ESTÁ FUERA DE PELIGRO

Ejemplo de ello es la ocasión en que ayudó a salvar a un miembro de su familia. CORKY la hembra de ORKY acababa de parir, pero la cría no estaba saliendo adelante y los cuidadores la sacaron del tanque usando una camilla especial. Las cosas se complicaron de nuevo al tratar de devolverla al tanque. Cuando el operador de la grúa dejó la camilla suspendida a pocos metros del agua, la cría de pronto comenzó a vomitar por la boca y el espiráculo. Los cuidadores temían que aspirara el vómito y contrajera pulmonía, pero no podían alcanzarla para prestarle ayuda.



ORKY pareció entender el problema, pues nadó bajo la camilla y permitió que uno de los hombres se le subiera encima de la cabeza, algo para lo que jamás había sido entrenado. Entonces, usando las aletas caudales para mantenerse estable, dejó que el cuidador se irguiera y desatara el arnés para que la cría, de 190 kilos, se deslizara al gua, donde inmediatamente la auxiliaron. ORKY se reunió con su compañera CORKY y juntaron sus cuerpos en espera de que su hijo se reuniera con ellos.





ORCA EN UN ESPECTÁCULO DE SEAWORLD CON LA ALETA DORSAL COLAPSADA, SIGNO DE ENFERMEDAD Y/O ESTRÉS. TIENEN QUE VIVIR EN UN TANQUE MINÚSCULO CON HIGIENE PRECARIA. MUEREN CONTÍNUAMENTE, PERO LOS GERENTES DE ESTOS ESPECTÁCULOS DENIGRANTES Y CRUELES CAPTURAN MÁS, Y LA HISTORIA SE REPITE




PRIMATE MAÑOSO. A veces, ciertos actos maliciosos son indicativos de inteligencia. La cuidadora *S del Zoo de *X, recuerda que un día a través de una abertura de alimentación, le lanzó una naranja a un orangután llamado METALISE. En vez de ir a recogerla, METALISE miró a la cuidadora a los ojos y extendió la mano. Pensando que la fruta había rodado hasta un rincón inaccesible, la mujer le dio otra. Pero cuando Melatise se apartó, la cuidadora advirtió que llevaba la primera naranja oculta en la otra mano.






Towan, el macho dominante del grupo, observó todo el intercambio y al día siguiente él también se quedó mirando a la cuidadora a los ojos, simulando que no había recibido la naranja.

---¿Estás seguro de que no la tienes?---le preguntó ella.

El orangután siguió sosteniéndole la mirada, con la mano extendida. La mujer le dio otra, y entonces vio que Towan tenía escondida la naranja debajo del pie.






LORO GRIS AFRICANO. UNO DE LOS MÁS INTELIGENTES DEL MUNDO.




LORO BROMISTA. ¿Los animales tienen sentido del humor? *S, directora de una revista sobre aves, opina que sí. Eso explicaría la ocasión en que su loro gris africano (muy inteligentes) Bongo Marie, pareció fingir angustia por la posible muerte de un loro amazónico llamado Paco.






ALEX, ESCOGIENDO ENTRE DOS LLAVES, EN LA UNIVERSIDAD DE BRANDEIS (BOSTON). ALEX MANEJA UN VOCABULARIO DE 150 PALABRAS.  FUE OBJETO DE UN EXPERIMENTO SOBRE SU INTELIGENCIA DURANTE 30 AÑOS. NACIO EN EL CONGO EN MAYO DE 1976 Y FALLECIÓ EN BOSTON EL 6 DE SETIEMBRE DE 2007.



Ocurrió un día en que *S preparaba un pollo para la cena. Cuando alzó el cuchillo, el loro gris gritó: ---¡Ay, no, Paco!.


Conteniendo la risa, la mujer contestó: ---Éste no es Paco.


Entonces le mostró que el otro loro estaba vivito y coleando. Con un fingido tono de decepción, Bongo Marie exclamó: ---¡Ay, no!--- y lanzó una carcajada ¿Estaba bromeando cuando pareció creer que Paco había muerto? ¿Comprendió la respuesta de *S? Los estudios muestran que los loros grises africanos entienden el significado de las palabras. Es más, lo loros parecen disfrutar cuando provocan una reacción en las personas, así que el episodio quizá resultó agradable para Bongo Marie.








SEA COMO FUERE, ¿Qué es la inteligencia? Si la vida gira en torno a la perpetuación de las especies y la inteligencia es la facultad que está al servicio de dicha perpetuación, entonces no les llegamos ni a la suela del zapato a las tortugas marinas, que, a pesar de tener un cerebro diminuto nos anteceden en la evolución y sobrevivieron a los dinosaurios.






ORCA MUERTA, CON UNA GRAN HERIDA DETRÁS DE LA CABEZA.












Adaptado de “The Parrot’s lament (El llanto del loro) (c) 1999 por Eugene Linden. Publicado por Dutton, División de Penguin Putnam Inc, de Nueva York.
Este artículo se publicó por primera vez en TIME (6-IX-1999).







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