¿QUIÉN ES EL SUCIO?
Nani Zubero
El cerdo es uno de los animales más incomprendidos y perseguidos. Bello y limpio (si se le proporciona espacio suficiente como para apartarse de sus propios excrementos), su inteligencia es superior a la del perro. No obstante, los cerdos pasan sus vidas cercenados en grises edificios fabriles, sufriendo toda clase de abusos. Cada año se matan millones de cerdos con objetivos alimenticios.
Lejos de un lozadal para revolcarse y de los bosques y selvas que un día fueron sus hogares, entre el 70 y el 90% de los cerdos criados para la producción de carne, tocino y embutidos malviven en pocilgas de hierro y cemento antes de ser transportados, a veces a grandes distancias, hasta el matadero. Los hay que son víctimas de matanzas familiares o públicas donde el horror de sus gemidos agónicos herirían los sentimientos de todo auténtico ser humano.
*CRIA: "La cerda de cría debe concebirse y tratarse como una valiosa pieza de maquinaria cuya función es bombear cerditos como una máquina de hacer morcillas". Así lo entienden los granjeros de grandes explotaciones porcinas.
En las granjas de cría industrial, su objetivo es la obtención del mayor número de lechones por camada y el máximo posible de camadas por año.
Centenares de cerdas son fertilizadas bien por verracos o mediante inseminación artificial. Los ganaderos a menudo emplean grandes dosis de hormonas para asegurar una fertilidad constante. Una vez preñada, la cerda permanece durante quince semanas en una instalación especial en donde es encadenada y confinada en una pequeña y oscura pocilga metálica, siendo alimentada una vez cada dos o tres días.
Unas dos o tres semanas después del alumbramiento, los lechoncitos son vendidos en masa para proseguir la explotación comercial en granjas de engorde intensivo, y se dispone la cerda para una nueva inseminación.
ENGORDE: El lema que reza en esta etapa es definido así por la industria: "Olvide que el cerdo es un animal. Trátelo igual que una máquina en una fábrica. Programe las actividades como si engrasara la maquinaria. La cría es el primer paso en la cadena de montaje. Y la comercialización representa la entrega de la mercancía acabada"
(J. Brynes, Hog Farm Management).
En las granjas de engorde, los cerditos son criados en jaulas de confinamiento apiladas formando tres o cuatro pisos. Para entonces, ya les han cortado la cola (para prevenir su mordedura neurótica causada por el hacinamiento), se les han perforado las orejas, recortado los dientes afilados, se ha castrado a los machos, y todo ello sin anestesia. A las veinte semanas se les conduce al matadero.
Richard Rhodes escribió sobre las últimas horas de vida de los cerdos criados en granjas industriales: "Antes de llegar a su fin, los cerdos reciben una ducha. De todos los ángulos surge el agua a presión para eliminar la suciedad de la granja. Luego empiezan a sentirse abarrotados. La pocilga va estrechándose hasta formar un embudo; los conductores, situados detrás de los animales, los empujan hacia adelante hasta que se suben a una rampa móvil. Nunca han estado en una rampa como ésta y chillan al percibir los olores que provienen de los que les preceden.
Fue una experiencia horrenda el ser testigo de su miedo, el poder ver el final de tantos cerdos. Me hacía recordar cosas que nadie quiere volver a recordar, las muchedumbres, las marchas de la muerte, los asesinatos y ejecuciones en masa".
Los cerdos "modernos", criados para producir más carne, desarrollan dolorosas lesiones en pies y patas al no poder soportar su excesivo peso, consecuencia del engorde antinatural.
Fotografía propiedad de PETA
Debido al estrés, algunos cerdos de granja industrial mueren "helados": sienten tanto miedo que dejan de moverse, y se resisten a comer y beber. Otros no dejan de moverse en lo que resulta ser el desencadenamiento incontrolado y neurótico de su instinto de huida.
Aproximadamente el 35% de todos los productos del cerdo son propensos a la contaminación por toxoplasmosis, una enfermedad causada por parásitos que pueden transmitirse a los consumidores. Los productos chacineros incluyen nitratos, que no son buenos para la salud.
Los organismos oficiales disponen de cifras significativas: el 23% de los cerdos muere antes de llegar al matadero. La mayoría muere a causa de enfermedades respiratorias debidas al confinamiento, agravadas por el hacinamiento y el estrés. Otro número no menos importante de cerdos fallece debido al estrés sufrido durante el traslado a los mataderos.
Un joven navarro sufrió heridas provocadas por botes de humo que la policía disparó en 1991. Dos años después, un juez decidió llevar a cabo una curiosa repetición de los disparos a corta distancia escogiendo a cerdos como "voluntarios", para determinar si las lesiones habían sido producidas por los proyectiles. Las pruebas sobre los cerdos fueron consideradas válidas al observar nítidamente las "rápidas e intensas llamas" que los disparos comportan sobre el hocico de los animales.
PRIMER TESTIMONIO:
A los cerdos, se les sumerge en tanques de agua caliente después de paralizarlos para suavizarles la piel y desollarlos. Un sacrificio "mal hecho" condena a algunos cerdos a sufrir quemaduras y ser ahogados. Un vídeo secreto de una planta de cerdos en *I, muestra a los cerdos chillando y pateando cuando se les sumerge en el agua.
SEGUNDO TESTIMONIO:
Antes del sacrificio, a los animales vivos se les colgaba de cabeza de una de las patas traseras. Era tan horrible que no pude soportar verlo. Los bramidos frenéticos del animal aterrorizado se podían escuchar tanto en la oficina como en el estacionamiento. A veces se rompía la pata trasera de algún animal cuando estaba levantado. (Doctor Temple Grandin)
El procedimiento de levantar de los grilletes a un animal se puede ver en un vídeo que tomó PETA en Diciembre de 2.009 en una planta que suministra carne Kosher a los EE.UU.
Ver también el vídeo "Si esto es Kosher.....".
Nani Zubero
El cerdo es uno de los animales más incomprendidos y perseguidos. Bello y limpio (si se le proporciona espacio suficiente como para apartarse de sus propios excrementos), su inteligencia es superior a la del perro. No obstante, los cerdos pasan sus vidas cercenados en grises edificios fabriles, sufriendo toda clase de abusos. Cada año se matan millones de cerdos con objetivos alimenticios.
Lejos de un lozadal para revolcarse y de los bosques y selvas que un día fueron sus hogares, entre el 70 y el 90% de los cerdos criados para la producción de carne, tocino y embutidos malviven en pocilgas de hierro y cemento antes de ser transportados, a veces a grandes distancias, hasta el matadero. Los hay que son víctimas de matanzas familiares o públicas donde el horror de sus gemidos agónicos herirían los sentimientos de todo auténtico ser humano.
*CRIA: "La cerda de cría debe concebirse y tratarse como una valiosa pieza de maquinaria cuya función es bombear cerditos como una máquina de hacer morcillas". Así lo entienden los granjeros de grandes explotaciones porcinas.
En las granjas de cría industrial, su objetivo es la obtención del mayor número de lechones por camada y el máximo posible de camadas por año.
Centenares de cerdas son fertilizadas bien por verracos o mediante inseminación artificial. Los ganaderos a menudo emplean grandes dosis de hormonas para asegurar una fertilidad constante. Una vez preñada, la cerda permanece durante quince semanas en una instalación especial en donde es encadenada y confinada en una pequeña y oscura pocilga metálica, siendo alimentada una vez cada dos o tres días.
Unas dos o tres semanas después del alumbramiento, los lechoncitos son vendidos en masa para proseguir la explotación comercial en granjas de engorde intensivo, y se dispone la cerda para una nueva inseminación.
ENGORDE: El lema que reza en esta etapa es definido así por la industria: "Olvide que el cerdo es un animal. Trátelo igual que una máquina en una fábrica. Programe las actividades como si engrasara la maquinaria. La cría es el primer paso en la cadena de montaje. Y la comercialización representa la entrega de la mercancía acabada"
(J. Brynes, Hog Farm Management).
En las granjas de engorde, los cerditos son criados en jaulas de confinamiento apiladas formando tres o cuatro pisos. Para entonces, ya les han cortado la cola (para prevenir su mordedura neurótica causada por el hacinamiento), se les han perforado las orejas, recortado los dientes afilados, se ha castrado a los machos, y todo ello sin anestesia. A las veinte semanas se les conduce al matadero.
Richard Rhodes escribió sobre las últimas horas de vida de los cerdos criados en granjas industriales: "Antes de llegar a su fin, los cerdos reciben una ducha. De todos los ángulos surge el agua a presión para eliminar la suciedad de la granja. Luego empiezan a sentirse abarrotados. La pocilga va estrechándose hasta formar un embudo; los conductores, situados detrás de los animales, los empujan hacia adelante hasta que se suben a una rampa móvil. Nunca han estado en una rampa como ésta y chillan al percibir los olores que provienen de los que les preceden.
Fue una experiencia horrenda el ser testigo de su miedo, el poder ver el final de tantos cerdos. Me hacía recordar cosas que nadie quiere volver a recordar, las muchedumbres, las marchas de la muerte, los asesinatos y ejecuciones en masa".
Los cerdos "modernos", criados para producir más carne, desarrollan dolorosas lesiones en pies y patas al no poder soportar su excesivo peso, consecuencia del engorde antinatural.
Fotografía propiedad de PETA
Debido al estrés, algunos cerdos de granja industrial mueren "helados": sienten tanto miedo que dejan de moverse, y se resisten a comer y beber. Otros no dejan de moverse en lo que resulta ser el desencadenamiento incontrolado y neurótico de su instinto de huida.
Aproximadamente el 35% de todos los productos del cerdo son propensos a la contaminación por toxoplasmosis, una enfermedad causada por parásitos que pueden transmitirse a los consumidores. Los productos chacineros incluyen nitratos, que no son buenos para la salud.
Los organismos oficiales disponen de cifras significativas: el 23% de los cerdos muere antes de llegar al matadero. La mayoría muere a causa de enfermedades respiratorias debidas al confinamiento, agravadas por el hacinamiento y el estrés. Otro número no menos importante de cerdos fallece debido al estrés sufrido durante el traslado a los mataderos.
Un joven navarro sufrió heridas provocadas por botes de humo que la policía disparó en 1991. Dos años después, un juez decidió llevar a cabo una curiosa repetición de los disparos a corta distancia escogiendo a cerdos como "voluntarios", para determinar si las lesiones habían sido producidas por los proyectiles. Las pruebas sobre los cerdos fueron consideradas válidas al observar nítidamente las "rápidas e intensas llamas" que los disparos comportan sobre el hocico de los animales.
PRIMER TESTIMONIO:
A los cerdos, se les sumerge en tanques de agua caliente después de paralizarlos para suavizarles la piel y desollarlos. Un sacrificio "mal hecho" condena a algunos cerdos a sufrir quemaduras y ser ahogados. Un vídeo secreto de una planta de cerdos en *I, muestra a los cerdos chillando y pateando cuando se les sumerge en el agua.
SEGUNDO TESTIMONIO:
Antes del sacrificio, a los animales vivos se les colgaba de cabeza de una de las patas traseras. Era tan horrible que no pude soportar verlo. Los bramidos frenéticos del animal aterrorizado se podían escuchar tanto en la oficina como en el estacionamiento. A veces se rompía la pata trasera de algún animal cuando estaba levantado. (Doctor Temple Grandin)
El procedimiento de levantar de los grilletes a un animal se puede ver en un vídeo que tomó PETA en Diciembre de 2.009 en una planta que suministra carne Kosher a los EE.UU.
Ver también el vídeo "Si esto es Kosher.....".