Historia de Nani
Ha perdido dos patas, una delantera y otra trasera, y en estos momentos se encuentra en acogida en una casa donde podrá continuar su vida a salvo de tanta crueldad que se desparrama en nuestra sociedad.
Nani durante su estancia en la clínica antes de operar.
Sé que el caso de Nani no es el único y que los hay más atroces. Los culpables son “buena gente” como cualquiera de nosotros, tú y yo. Pero, me pregunto:
¿Qué hacen las autoridades para impedir tanta crueldad hacia los animales? ¿Cuándo se decidirán a realizar la castración de tanto animal abandonado a su suerte en la ciudad? ¿Cuándo llegará un control en la cría y venta de animales que evite tantas camadas sueltas en las calles? ¿Cuándo cambiará la educación de nuestra mirada hacia los animales? ¿Cuándo diremos adiós al “mono loco”
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