CÓMO SER ENFERMER@ DE TU GAT@ (O EL GATO COMO PACIENTE)
Es relativamente fácil cuidar del gato mientras se sienta tan débil que no pueda ponerse en pie. Pero después tendrás que valerte de toda clase de trucos, pues el gato no es un buen paciente (salvo excepciones) y no hay manera de convencerlo de que todo es por su bien. He aquí algunas medidas para su cuidado.
La cama del enfermo: Caja de cartón liso (limpia) poniendo un paño para poder lavarlo y que el gato esté caliente y cómodo o cesta con borde algo alto para que el gato no pueda caerse. Poner un cojín blando y cubrir con un paño lavable que se cambiará de vez en cuando. Lo mejor es una sabanita de guata, más higiénica y que se puede tirar a la basura, cuando esté sucia.
El sitio adecuado: En un lugar caliente, libre de corrientes de aire, donde se pueda atender al paciente cómodamente. Mantener aislado al gato enfermo, si hay más gatos en la casa, ya que suelen atacar al enfermo, para tener más territorio y también si existe peligro de contagio.
Comida: Si el gato rechaza hasta sus bocados preferidos, dale caldos de pescado o de pollo, sin sal, con una jeringuilla (sin la aguja, naturalmente), que se introducirá lateralmente entre los colmillos. Dáselo poco a poco para que no se atragante. También existe una pasta nutritiva que se le aplica en la lengua o directamente el gato la chupa.
Beber: El gato tiene que tomar líquidos para no deshidratarse. Si se niega a beber, dale agua con una jeringuilla (Quitándole la aguja, naturalmente).
Aplicador de pastillas, difícil de encontrar en el mercado nacional
Si el gato no te deja de ninguna forma medicarlo, envuélvelo en una toalla, tapando las cuatro patas fírmemente, sin fisuras, cógelo en brazos o sobre una mesa y adminístrale la medicación.
Tabletas: Al gato se le podrá engañar una vez, pero luego se dará cuenta en cuanto oiga el tintineo del tubo de las tabletas. Inténtalo así: pon al gato en tu regazo con la cabeza hacia delante. Coge la píldora entre los dedos pulgar e índice de una mano, mientras con la otra agarra con habilidad la cabeza del animal por debajo de la mandíbula inferior, ejerciendo una ligera presión en las comisuras de los labios. El gato abrirá la boca instantáneamente. Aprovecha entonces y sin dudar introduce la píldora en la garganta, lo más profundamente posible, al tiempo que le masajeas en la zona del cuello de arriba abajo hasta notar que la ha tragado. También se le puede ayudar a tragar con una jeringa (sin aguja) con un poco de agua.
Gotas: Si tienen buen sabor, el gato las lamerá nada más acercar el cuentagotas a su boca. Los medicamentos con mal sabor se suministrarán como se indicó antes, en el apartado de comida.
Sugerimos utilizar un termómetro digital por ser más fiable y rápido.
Tomar la temperatura: Resulta muy sencillo con ayuda de otra persona. Mientras una sujeta al gato por delante y le habla suavemente para tranquilizarlo, tú levantas suavemente el rabo e introduces el termómetro (untado con un poco de vaselina) en el ano unos 2 cm, manteniéndolo así 1 ó 2 minutos. La temperatura de un gato sano es 38,5 a 39ºC. Una valoración superior ya es peligrosa.
Tomar el pulso: La parte interna del muslo es el sitio ideal para tomárselo. Hazlo con disimulo para que el gato no se dé cuenta. Acarícialo con una mano y pálpalo con la otra hasta sentir el pulso. Lo normal son 110 a 140 pulsaciones por minuto.
Echar gotas en oídos y ojos: En el ojo: utiliza un cuentagotas apropiado. Sujeta al gato por detrás de la cabeza y baja con cuidado el párpado inferior con el dedo índice. ¡Procura no tocar el globo ocular con el extremo del cuentagotas!. Mejor si pueden ayudarte. En el oído: levanta con cuidado la oreja (por la punta para que se se dilate el oído) y vierte las gotas directamente en el canal auditivo. Dá suaves masajes por fuera para que el líquido se distribuya bien dentro del oído.
Inyecciones: A los gatos diabéticos hay que ponerles una inyección diaria. Pregunta el veterinario cómo debes proceder para ponérselas al tuyo. En cuanto adquieras práctica, el gato no notará nada. Una amiga mía me dijo que su gato le mostraba "el sitio preciso" en el momento preciso.
RECUERDA QUE, ANTE CUALQUIER DUDA LLEVA AL GATO O PERRO AL VETERINARIO, PORQUE: MÁS VALE PREVENIR, QUE CURAR, ES MEJOR PARA LA SALUD DE TUS ANIMALES Y MEJOR PARA TU BOLSILLO.-
FUENTE: TODO SOBRE TU GATO (Para su mejor cuidado, comprensión y mantenimiento). MANUAL PRÁCTICO
AUTORAS: KATRIN BEHREN / MONIKA WEGLER
EDITORIAL EVEREST, S.A.