lunes, 1 de febrero de 2016



REVISIÓN GENERAL.

Las revisiones periódicas permiten controlar la posible aparición de enfermedades y mejorar la calidad de vida del animal.







Todos sabemos que prevenir las enfermedades o enfrentarse a ellas en un estadio muy temprano es mucho mejor que tratarlas una vez han surgido. El cuidado preventivo de la salud evita sufrimientos innecesarios a las mascotas y también permite que el propietario ahorre el gasto que implica un tratamiento. Por otra parte, es el momento adecuado para que el propietario comente con el veterinario cualquier preocupación que tenga sobre su mascota: si come o bebe más de lo habitual, si tose, si gana o pierde peso, etc. En este artículo hablaremos de las medidas que el propietario debe tener en cuenta para cuidar la salud de su mascota.


Examen físico anual

Un año es mucho tiempo en la vida de un perro, por lo que conviene llevarlo a revisión al menos una vez en estos doce meses. Es más, es probable que, si el animal ya ha atravesado la etapa de la madurez o bien tiene algún tipo de patología, el veterinario recomiende aumentar la frecuencia de las visitas.






En cada revisión se tendrán en cuenta los siguientes puntos:


* Vacunas. El animal debe estar al corriente de las vacunas.

¿Cuándo se ha de vacunar al cachorro?. Si el cachorro ha sido amamantado por su madre habrá recibido anticuerpos a través del calostro, por lo que no hace falta iniciar la vacunación hasta las 6 u 8 semanas de vida. El veterinario administrará un mínimo de tres vacunas con un intervalo de 3 ó 4 semanas. A las 16 semanas de edad tiene que recibir la dosis final.







* Control parasitario. Hay que asegurarse de que el propietario ha llevado a cabo un correcto control parasitario para mantener a raya mosquitos, pulgas, garrapatas, gusanos de corazón y demás molestos parásitos.

El control de los parásitos intestinales es otra medida que se debe llevar a cabo sobre la mascota para mantenerla sana. La frecuencia de los exámenes la decidirá el veterinario en función de: la edad del perro, la posible exposición del can a las heces de otros animales, si el propietario planea dejar que la hembra críe o si el perro suele estar acompañado por niños.





Los parásitos intestinales pueden producir enfermedades muy dañinas en las personas, en especial en niños que no cumplen unas estrictas medidas higiénicas. Gracias al análisis de heces se puede saber si el perro tiene ese tipo de parásitos y, en ese caso, será necesario actuar sobre el ambiente y restringir el contacto con otros animales. El veterinario ofrecerá el mejor producto para luchar contra esta plaga.








* Boca y dientes. El control dental en casa es imprescindible, de este modo el propietario podrá darse cuenta de la existencia de cualquier anomalía como dolor o mal olor y comunicársela al veterinario.






* Ojos y oídos. También es importante el control en casa de estos órganos para detectar enrojecimientos, prurito, etc.







* Aparto digestivo. El veterinario preguntará si el animal ha tenido algún episodio de vómito, diarrea, estreñimiento, etc. 


* Aparato respiratorio. Hay que indicarle al veterinario si el animal ha tenido estornudos, dificultad para respirar, tos, etc.







* Patas y pies. El veterinario comprobará que no tiene ningún  problema en los dedos de las patas, que no cojea o que no muestra debilidad en las extremidades.







* Piel y pelaje. La pérdida de pelo, un cambio en la pigmentación de la piel, la aparición de prurito, etc. pueden ser señal de que algo le está pasando al organismo por lo que el veterinario revisará con detenimiento la piel y el pelaje de la mascota.










*Aparato urogenital. En la revisión se controlará el estado de las glándulas mamarias, la presencia de secreciones, si existen dificultades para orinar, etc.





                              Tumor testicular en un perro



Otros aspectos que el veterinario tendrá que revisar con el propietario son la alimentación (tipo de alimento, cantidad, frecuencia, suplementos, alteración en el peso, etc.), ejercicio (qué tipo de ejercicio realiza, durante cuánto tiempo, etc.), comportamiento (cualquier problema de conducta como ladridos, eliminación inadecuada, etc. se debe indicar en la visita).

Es posible que el veterinario también recomiende llevar a cabo un análisis de sangre, en especial si el perro es geriátrico o está recibiendo algún tipo de medicación.

Si como consecuencia de la revisión el veterinario descubre cualquier signo de enfermedad puede recomendar hacer una radiografía o análisis más específicos de sangre. Incluso puede ser que aconseje llevar al animal a algún especialista en dermatología, oftalmología, cardiología u oncología.






Vacunas

Es posible que algún propietario se muestre reacio a vacunar a su mascota. Sin embargo, es la mejor manera de evitar que adquiera algunas enfermedades que podrían acabar con su vida. El veterinario determinará las vacunas más adecuadas para cada animal así como cada cuánto tiempo se debe administrar.

Los expertos consideran que las vacunas contra la parvovirosis, el moquillo, la hepatitis canica y la rabia son fundamentales para todos los perros teniendo en cuenta el riesgo de exposición, la gravedad de la enfermedad y la capacidad de transmitirse a las personas.

Hay otras vacunas que se administran según el riesgo de exposición del perro. En este apartado se incluyen las vacunas contra la traqueobronquitis aguda (causada por el patógeno Bordetella bronchiseptica), borreliosis (Borrelia burgdorferi) y leptospirosis.

Para los gatos las principales vacunas son la rabia, la panleucopenia felina, el herpesvirus felino y el calicivirus. Otras posibles vacunas serían: el virus de la leucemia felina y Bordetella. Una vez más será el veterinario el que determine qué vacuna debe recibir el animal.





Una revisión para los sénior

Con la edad también aumenta la posibilidad de padecer diferentes patologías, como diabetes, desórdenes hormonales o enfermedades del riñón, por lo que conviene prestar una especial atención a los animales sénior para detectar estas condiciones y actuar antes de que el daño sea irreversible.

En las mascotas mayores el cuidado de la cavidad oral es muy importante y es posible que el veterinario indique la necesidad de realizar chequeos con más frecuencia.






¡Vale la pena!

Los exámenes físicos de rutina también ayudan al veterinario a saber lo que es “normal” en cada mascota y a establecer una línea de base con la que comparar futuros exámenes. Esto facilitará enormemente la detección de problemas en sus inicios y las posibilidades de aplicar un tratamiento con éxito.


Así pues vemos cómo los exámenes anuales son algo más que poner unas vacunas o recomendar productos antiparasitarios: es la mejor manera de detectar diferentes enfermedades y de evitar patologías potencialmente dañinas. Al encontrar, diagnosticar y tratar estos problemas de forma temprana, la mascota disfrutará de una mejor calidad de vida.








FUENTE: REVISTA “CLIP” Nº 14/2.013 - Verano
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