viernes, 8 de agosto de 2014



COSAS DE PERROS





Rex, un vivo fox terrier, había vivido felizmente en una zona residencial de Sidney, Australia, durante gran parte de sus ocho años. Pero cuando sus humanos, Rae y Ted Humphries, comenzaron a pasar la mayor parte del tiempo fuera de casa, decidieron enviarlo a vivir con unos amigos a más de 30 km. de distancia. "No me gustaba la idea de que estuviera solo todo el día y pensé que era mejor enviarlo donde pudiera estar en compañía", dice Rae. 







Rex, en cambio, no pensaba lo mismo. Así que se escapó de su nuevo hogar al día siguiente de llegar. Sus nuevos humanos registraron el vecindario durante días, pero Rex no apareció por ningún sitio. Tuvieron que aceptar que Rex no iba a regresar.






Tres meses después, Rae oyó una tarde rasguños en la puerta, la abrió y allí estaba Rex. "Estaba flaco y tenía el pelo muy sucio", explica. Pero a pesar de su lamentable estado, estaba contento de verme…"







No podía imaginar cómo Rex había logrado hallar el camino de regreso, atravesando carreteras, autopistas y campos, para llegar hasta su familia después de todos aquellos meses. "Siempre se ha dicho que los perros tienen un olfato extraordinario, así que supongo que le sacó el máximo partido para encontrarnos", dice.  "Después de aquella aventura, supimos que debía quedarse con nosotros".








Este perro del faraón (igual que la estatua de Anubis, el dios de los muertos) husmea el aire para captar moléculas aromáticas e identificar de dónde proceden los olores.




EL CANTO DE LA SIRENA


El gemido agudo de una sirena puede incitar a los perros más tranquilos a aullar. Los perros oyen sonidos a frecuencias muy altas, lo cual llevó a pensar a los expertos que el aullido de las sirenas les hería los oídos, del mismo modo que el chirrido de una tiza en la pizarra da dentera a algunas personas.







El problema de esta teoría es que los perros nunca parecen incómodos o descontentos cuando aúllan a las sirenas. Al contrario, de hecho a muchos parece gustarles. "No existen pruebas de que estos sonidos hieran sus oídos", explica el Dr. John C.  Wright, experto en conducta animal, catedrático de psicología en la Mercer University de Maçon, Georgia, y autor de The Dog Who Would Be King. Para Wright la explicación más plausible es que los perros proceden de los lobos y los lobos aúllan para saludar a sus compañeros de manada y comunicarse a larga distancia.






Los perros han evolucionado mucho, pero algunos instintos atávicos siguen vivos. Es poco probable que confundan las sirenas con el saludo de otro perro, pero siguen respondiendo como se espera de ellos: devolviendo el aullido.










GRETCHEN EN GUARDIA


Nadie conoce mejor las ventajas del oído canino que Jessica Maurer, de Portland, Maine. De no ser por el aguzado oído de Gretchen, su perra samoyedo de 11 años, Jessica y algunos amigos suyos podrían no estar aquí para contarlo.






Jessica, su compañera de piso y dos vecinos acababan de sentarse en una mesa en el jardín de cada de Jessica. Estaban a punto de empezar a comer cuando, de repente, Gretchen se puso de pie y empezó a gruñir. Jessica miró hacia arriba y vio que Gretchen ladraba a un sicómoro de sombra de 25 m que se inclinaba sobre la mesa.






Entonces oyeron un fuerte crujido, se dieron cuenta de que el árbol estaba a punto de caer y se apartaron. La compañera de Jessica no tuvo tiempo de retirarse y sufrió heridas en las piernas. Los demás salieron ilesos, gracias a una perra con un oído impresionante.




UN LADRIDO SALVADOR







Un perro que nunca deja de ladrar puede ser un auténtico incordio. Pero Nan Duff, una enfermera de Ben Avon, Pensilvania, le debe la vida a los ladridos agudos e insistentes de un perro.





Una temprana mañana de verano, el labrador color chocolate de Nan, Duncan, empezó a ladrar y ladrar. Ladraba tan alto y durante tanto tiempo que la vecina de Nan, Lisa Grillo, empezó a preguntarse qué ocurría. "Era un ladrido distinto al normal", recuerda Lisa. "Era más agudo, como un aullido".






Lisa telefoneó a Nan para preguntarle qué sucedía. Al no obtener respuesta, llamó a la policía y luego salió fuera y vio a Duncan, que continuaba ladrando en la ventana de la habitación de Nan, al otro lado de la calle. La policía llegó y rompió la ventana para acceder a la casa. Duncan los recibió y se precipitó al piso superior, hasta la habitación de Nan. Los oficiales encontraron a Nan inconsciente en la cama, con Duncan a su lado. La llevaron al hospital, donde los médicos certificaron que su nivel de azúcar en la sangre era peligrosamente bajo. Nan, diabética, había entrado en coma.







Nan se recuperó y quedó fascinada cuando le contaron cómo Duncan había pedido ayuda del único modo que le era posible: llamando la atención con sus agudos ladridos. Por su azaña, Duncan recibió un premio de la Veterinary Medical Association de Pensilvania, que recompensa a aquellos animales cuyos hechos heroicos ejemplifican los estrechos lazos que unen a las personas y sus animales.



¿AMOR CON AMOR SE PAGA?





IRENE, abandonada, con un tumor uterino. Ha parido varias veces.
En España abandonar animales es GRATIS.







THOR. Doberman de 12 años, ciego. Abandonado en un terraplén, en CIUDAD REAL. No quería salir de allí, creyendo que sus humanos iban a recogerlo.











FUENTE: "EL LENGUAJE CANINO" (Cómo entender a su perro y conseguir que su perro le entienda".

Publicado por Matthew Hoffman

Asesor: Paul McGreevy, Veterinario y profesor de conducta animal en la Universidad de Sidney, Australia.

COLABORADORES: Susan Easterly, Elaine Waldorf Gewirtz, Bette LaGow, Susan McCullough, Arden Moore, Liz Palika, Audrey Pavia.

© 1999 de Weldon Owen, Inc.

© 2000 de la edición española:
Könemann Verlagsgesellschaft mbH, Colonia, Alemania.































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