jueves, 8 de enero de 2015



PLUMAS ENSANGRENTADAS







Las gallinas y gallos domesticados muestran el mismo dimorfismo sexual que sus antepasados salvajes. El gallo es más grande que la gallina, con su plumaje lleno de color y una cresta y unas barbas de color rojo. Las gallinas muestran una variedad cromática mucho mayor que la de sus hermanas salvajes y en muchas subespecies las hembras tienen cresta y barbas. La gallina es un animal social que prefiere vivir en grupos en los que los individuos dominantes tienen prioridad a la hora de comer y de elegir los mejores sitios para anidar.






Salvo que se críen de forma específica para el "deporte" de las peleas de gallos, los machos domésticos son menos agresivos que los gallos salvajes.








La gallina hace puestas de hasta 12 huevos, que incuba durante 21 días para mantener unas condiciones constantes de temperatura y humedad. El gallo no desempeña ningún papel en la incubación.







Las gallinas se crían en muchas granjas y minifundios y, hasta bien entrado el siglo XX, muchos habitantes de las ciudades del mundo desarrollado tenían gallinas en el patio trasero.









Actualmente, la mayor parte de los cincuenta mil millones de gallinas que se crían cada año para producir huevos o carne son objeto de una producción intensiva, un hecho que plantea muchos problemas relacionados con el bienestar animal y la salud humana. Las aves ponedoras se alojan en abarrotadas jaulas en batería que apenas permiten que el animal se mueva. La iluminación y la temperatura se mantienen de forma artificial en niveles que fomentan que las gallinas pongan huevos durante todo el año.






Gallina de cría muy maltratada. No puede ponerse en pie, debido a la parálisis producida por la estancia en jaulas donde carecen de movilidad.







Las aves no pueden deambular como harían en un corral y su proximidad a otras aves las hace propensas al canibalismo.







Pollitos echados en una prensadora para hacer cubitos de caldo de pollo.








Para prevenir que las gallinas se den picotazos unas a otras o a sí mismas, se rebana parte del pico con una cuchilla caliente. 








El pico del pollito está lleno de nervios, y esta mutilación provoca un dolor agudo y crónico, hasta la muerte del animal.











Los pollos que se crían por su carne, viven en grandes naves climatizadas. Se les suministran antibióticos de forma rutinaria para evitar las enfermedades en las condiciones de hacinamiento e insalubridad, así como sustancias químicas para fomentar el crecimiento que, según aseguran muchos activistas, son potencialmente dañinas para los humanos.















Los pollos de granjas intensivas se sacrifican a las seis semanas, mientras que los pollos de corral viven ocho semanas y los pollos orgánicos doce.









La sangrienta práctica de las peleas de gallos, se originó, según se cree, en el subcontinente indio en el tercer milenio antes de nuestra era, fue muy popular en todo el mundo antiguo, desde China hasta el mundo grecorromano. En la actualidad las peleas de gallos se han prohibido en la mayor parte del mundo desarrollado, pero persisten en muchos países de Asia y América Latina. 








Los combates suelen ser letales para uno de los contendientes.








Los antiguos romanos, además de comer pollos y ver cómo peleaban los gallos, utilizaban a este animal para predecir el futuro. Lo utilizaban como oráculo, tanto en vuelo como en el momento de comer. Un gallo o gallina en pleno vuelo que apareciera por la izquierda se consideraba un buen augurio. En el otro método el augur a cargo de las aves abría las jaulas en las que estaban guardadas y esparcía frente a ellas legumbres y un tipo concreto de pastel. Si los pollos permanecían  en el interior, piaban o salían volando, el augurio era malo, pero si salían y comían, el augurio era bueno.






En el año 249 antes de nuestra era, justo antes de una batalla naval contra los cartagineses, el general romano Publius Clodius Pulcher (que falleció hacia 246) enfureció al ver que sus pollos se negaban a comer, ordenó que los tirasen por la borda y dijo: "Si no comen, a lo mejor beben". 







Perdió la batalla y a su regreso a Roma se le condenó por impiedad.












FUENTE: "50 Animales que han cambiado el curso de la historia"

AUTOR: Eric Chaline

© 2013 Librero b.v. (edición española)

© 2011 Quid Publishing

Distribución exclusiva de la edición española: 
ILUS BOOKS, S.L., Madrid
































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