domingo, 6 de diciembre de 2015




GATOS:    EXPERTOS EN ESTRÉS.-

Trastornos del comportamiento. Mi gato hace cosas raras, ¿es  normal?


SANTIAGO GARCÍA CARABALLO. VETERINARIO


El gato tiene un comportamiento natural que puede verse alterado, lo que supone un verdadero trastorno del comportamiento. Sin embargo, esto no tiene nada que ver con los comportamientos naturales que pueden resultarnos molestos.





Forma parte del comportamiento felino que tiene acceso a un jardín, llevar a su humano presas, como pájaros, ratoncitos, ranitas… El humano no entiende que un gato que tiene comida en casa cace, sin embargo para el gato es normal. Simplemente se aburre y si puede caza. Forma parte de su naturaleza. Sus presas son juguetes para él, no las come.

Según una encuesta realizada a 800 propietarios de gatos en Estados Unidos, el 47% (casi la mitad) decía que sus gatos "hacían cosas anormales"… Se podría pensar acaso si "esas cosas raras" que hacen son realmente anormales o más bien es que a sus dueños le resultan molestas, incluso que no saben por qué las hacen…


UN SOLITARIO MUY SOCIALIZADO


De todos los animales domésticos, el gato es el único que proviene de un animal solitario y muy territorial, el Felis lybica, o gato salvaje norteamericano. En esta especie no se desarrollaron conceptos como la "manada" o el "líder" y, por tanto, no fue posible un proceso de domesticación como en los otros animales. Fue el propio gato el que nos adoptó, aceptando poco a poco nuestra compañía y, de paso, nuestro sofá o el mejor sitio junto al radiador.




El gato rasca papel pintado, sube por las cortinas, destroza los sofás… etc. Puedes proporcionarle juguetes o un rascador para que se entretenga. Actualmente en Europa está PROHIBIDA LA DESUNGULACIÓN.



Esta naturaleza solitaria es la que proporciona al gato un carácter muy especial y propio. Sin embargo, incluso en el gato más tranquilo y equilibrado pueden presentarse situaciones concretas por las que empiezan a hacer "cosas raras", que no entendemos, y que a la larga nos resulten molestas.


EL ESTRÉS, O LO NUEVO ES MALO


Si recurrimos a un símil político, los gatos se podrían definir como "conservadores", es decir, les gustan las cosas tal como están y como siempre las han conocido. No les gustan nada, pero que nada los cambios. Para ellos "todo lo nuevo es malo", actitud que está determinada por su instinto territorial, un instinto que les dota de la necesidad de conocer y reconocer constantemente y al detalle todo su territorio, donde originalmente cazaban sus presas y del que mantenían alejados a sus competidores.








A pesar de que ahora, con su nueva vida "domesticada", el territorio se limite a unos cuantos metros cuadrados de un apartamento en la ciudad, para ellos sigue siendo "su territorio", en el que cualquier novedad es susceptible de generar una alarma.


Los gatos, debido a su instinto territorial y solitario, así como a su gran sensibilidad, son unos auténticos expertos en estresarse.  Cualquier cambio les vale para estresarse y, sobre todo, las novedades: nuevos animales, nuevas personas, nuevos muebles, nueva casa, etc. También los viajes (la experiencia de ser llevados en transportín, el ajetreo del coche o la temida visita al veterinario), los olores desconocidos, los sonidos desagradables… Todo vale para estresarles.










TRASTORNOS DEL COMPORTAMIENTO


Debido a su alta sensibilidad ante el estrés, es en estas situaciones cuando pueden aparecer los "comportamientos anormales". Sin embargo, antes conviene distinguir entre conductas anormales que no molestan, tales como comer en exceso o acicalarse obsesivamente, y conductas normales que sí molestan, tales como el marcaje con las uñas y la orina, así como los maullidos.


Así, una conducta anormal y que no molesta es comer en exceso. Quitando causas patológicas, lo normal es que sea por estrés: el gato vuelca su ansiedad comiendo en exceso, lo que acaba produciendo problemas de obesidad, que es mala en muchos sentidos. La otra conducta anormal es el acicalado excesivo, en ocasiones tan acusado que acaban haciéndose heridas con su lenguas rasposa. Pero ambas conductas son un mecanismo para calmar su estrés, lo mismo que nosotros cuando nos comemos las uñas o nos rascamos en exceso.







No obstante, los dos problemas de comportamiento principales son, por un lado, los llamados trastornos de eliminación y, por otro la agresividad.


TRASTORNOS DE ELIMINACIÓN






A este gato le han colocado una bandeja higiénica muy pequeña, por tanto, defecará y orinará fuera de ella; hay que ponerle una bandeja acorde al tamaño del gato.
Se denominan así esas ocasiones en que los gatos defecan u orinan fuera de su bandeja sanitaria. Lo habitual es que por su instinto la utilicen desde el primer día, pero no siempre es así. Es muy habitual que el propietario piense que el gato se comporta así porque "le está castigando" por algo, pero como eso es imposible si nos atenemos a las verdaderas capacidades del gato, lo primero que se debe hacer es descartar que tenga algún problema de salud. Por ejemplo, en gatos mayores de 10 años y con artrosis (aunque no se quejen, como nosotros), hacer una cosa en esencia tan simple como agacharse y apretar les provoca dolor y, al asociar las molestias a la bandeja, se van a otro sitio. El mismo ejemplo vale para las infecciones en la vejiga de la orina, las cistitis, los cálculos urinarios, etc.






Un gato que adopta la postura de la viñeta inferior sufre mucho dolor al hacer fuerza para defecar o tratar de orinar. Si tu gato entra y sale de la bandeja varias veces en poco tiempo, es urgente que le lleves al veterinario.


En otras ocasiones se debe a que no les gusta el tipo de arena que les hemos puesto, algo muy frecuente cuando se pone arena perfumada a un gato que no está habituado a ella (a nosotros nos parece mejor, pero tal vez a él no). También puede ser la ubicación, por ejemplo, junto a la lavadora que hace ruido o en algún lugar poco "íntimo".


También es el caso de los gatos machos no castrados, cuyo instinto territorial les impulsa a marcar su territorio con orina aunque vivan aislados en un piso; ellos no pueden saber si van a aparecer otros gatos o no. Finalmente, otra causa está asociada al estrés: en caso de miedo o de novedad, el gato puede comenzar a orinar en cualquier sitio, tanto en nuestra cama como en los sofás o en las cortinas.






Para evitar marcajes de orina: castrar al gato antes del primer celo. Para evitar marcajes en cortinas o sofás: proporcionarle un poste rascador.


AGRESIVIDAD


Cuando un gato se asusta, huye si puede. Si no puede huir, se esconde. Pero si no puede huir ni esconderse, se defiende. Es en esta situación cuando afloran su instinto atávico del solitario y el territorial.


Hay muchas causas que pueden sacar "la bestia que un gato lleva dentro", y cuando la sacan asusta. Las más habituales son la visita al veterinario y la irrupción en su territorio de personas desconocidas u otros animales, especialmente gatos nuevos.






El gato suele tirar cualquier cosa que esté en su camino. Conviene quitar los adornos, floreros, figuritas…etc, porque querrá jugar y les dará un golpecito con la pata. Proporcionarle juguetes para gatos.


El problema surge de verdad cuando el gato ataca a su dueño. A veces son, simplemente, juegos "a lo bruto"; el gato juega mordiendo las manos o acecha los tobillos, pero lo cierto es que nos puede hacer daño. Sin embargo, otras veces, por diferentes motivos, se vuelve agresivo realmente y nos ataca. Se trata de gatos que, por diferentes causas (miedo, estrés, presencias o ruidos extraños), no toleran a sus dueños o a ciertas personas, y las agresiones llegan a ser peligrosas y se plantea la necesidad de sacar al gato de casa. 










SOLUCIONES A LOS PROBLEMAS DE COMPORTAMIENTO


Cuando el comportamiento inadecuado está desencadenado por el estrés, una de las soluciones más eficaces es el enriquecimiento ambiental, lo que se puede conseguir facilitándoles refugios o escondrijos donde se sientan más seguros y tranquilizarse si están nerviosos. Otro remedio es usar feromonas, en aerosol o en aplicador, que contribuyen enormemente a rebajar su estrés y a que se sientan más tranquilos en esas situaciones que les alteran.








Sin embargo, como también puede haber una enfermedad detrás de un trastorno del comportamiento, se le debe llevar al veterinario para que pueda descartarlo y, si existe, para que ponga el tratamiento adecuado.








DENUNCIAS: yodenuncio.pacma.es (en todo el Estado)

SEPRONA, TELÉFONO GRATUITO: 062, FUERA DE EUSKALHERRIA.











FUENTE: REVISTA EL GATO EN CASA, Nº 36, JUNIO 2015
REVISTA CORTESÍA DE ROYAL CANIN, DISTRIBUÍDA EN TIENDAS DE ALIMENTACIÓN DE ANIMALES.


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