martes, 15 de marzo de 2016



¿ALGUIEN HA APRENDIDO A BASE DE PALIZAS 
Y TERRORES PSICOLÓGICOS?







LOS PREMIOS EN LA EDUCACIÓN


Para educar a un perro pueden utilizarse diferentes sistemas, todos ellos basados en el premio no en el castigo, si bien todos tienen ventajas e inconvenientes. Aprende algo más sobre el REFUERZO POSITIVO.



PABLO HERNÁNDEZ
Etólogo veterinario



Actualmente el sistema de aprendizaje más recomendado para la educación de cualquier perro, sea grande o pequeño, más “cabezón” o más “dócil”, es el que utiliza el refuerzo positivo. Este sistema se basa, principalmente, en la utilización de algo que al perro le agrada mucho, lo que hace las veces de reforzador o refuerzo, cada vez que hace algo apropiado.


En la práctica, el refuerzo positivo o premio más recomendado es la comida (esto no excluye el uso, además de otros refuerzos positivos secundarios como las caricias o los elogios).






Esto es así porque la comida, en la mayoría de las ocasiones, suele ser más fácil de utilizar que el juego y resulta mucho más estimulante que tan solo una caricia o un elogio para la mayor parte de los animales.


La eficacia de utilizar un premio comestible para el adiestramiento depende de varios factores y debe tener unas características nutricionales concretas.








La primera es que debe ser altamente estimulante, si bien cada perro tiene unas preferencias determinadas por diferentes alimentos y nutrientes. Por ello, se deben escoger los premios en función de dichas preferencias, intentando que sean suficientemente motivadores para el animal según las circunstancias. No es lo mismo premiar una conducta que el animal ya sabe realizar que motivarle para que aprenda una más complicada o en una situación con mayores distracciones.


Asimismo, los premios deben ser de ingestión inmediata, es decir, deben ser ingeridos sin necesidad casi de ser masticados, ya que cuanto más tarde el animal en ingerir el premio, más se “diluirá” su efecto.








Otro aspecto fundamental es que sea dosificable y de pequeño tamaño, entre otras cosas porque los premios grandes y de consistencia dura son difíciles de partir, lo que hace que el animal ingiera una cantidad de nutrientes desproporcionada. Cuando se premia a un animal no se trata de alimentarle, sino simplemente de recompensar un comportamiento apropiado. Por tanto, un concepto mal entendido del premio puede provocar muchos inconvenientes.







A este respecto, resulta primordial que sea nutricionalmente equilibrado, ya que durante la educación del perro suelen ser necesarios un gran número de premios para enseñarle. Si se utilizan alimentos que aporten una cantidad importante de grasas o energía pueden aparecer problemas de obesidad, alteraciones gastrointestinales, alergias alimentarias, etc.






Pienso especial, con pocas calorías, para premiar al perro. Creado ex profeso para la educación canina.





Hemos dejado para el final lo más importante en cuanto a la eficacia del premio y es que debe ser administrado inmediatamente tras la conducta apropiada, porque dar un premio varios segundo después del comportamiento que se desea potenciar reduce el efecto del aprendizaje y cuanto más se dilate la aparición del premio, más le costará aprender al animal.









FUENTE: REVISTA “MI PERRO Y YO”. Nº 2, marzo 2013. REVISTA CORTESÍA DE ROYAL CANIN
(edición gratuita. prohibida su venta)








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