COMO EL PERRO Y EL GATO
Mi perro se emociona cada vez que Nirmala se pone a correr por la casa. Trata de cazarla, sin consecuencias, porque en mitad de la carrera, la gata se para en seco, y se tira al suelo, enseñando la tripa (máxima confianza), y aquí no ha pasado nada.
Los perros, de forma instintiva, tratan de cazar cualquier cosa que se mueva con rapidez, especialmente si es pequeña y peluda, pero cuando se desarrollan relaciones personales, generalmente guardan las formas. Cuando un perro y un gato viven juntos, normalmente el gato es quien domina.
Si un perro se vuelve demasiado entrometido o inquisitivo, el gato seguro de sí mismo gruñe, bufa y arrea un tortazo al compañero canino que se ha pasado de la raya. Si mantienen unas buenas y estables relaciones, el gato dormirá encantado con el perro, comerá en la misma habitación y al mismo tiempo, y utilizará esa cola que se mueve tanto como un juguete, y las patas delanteras del perro, como postes rascadores. Por regla general, los perros se quedan fascinados con los gatos y les permiten hacer todo esto.
A los gatos desconocidos, sin embargo, se les trata de forma muy diferente. Cuando no existen relaciones formales, los perros los cazan de la misma que cazan ardillas. Es una reacción instintiva en el perro, independiente del sexo, la edad o el hambre que pueda tener. Un movimiento rápido estimula la caza. Esto puede poner en peligro al gato de la casa, especialmente si vive con dos o más perros.
Incluso cuando los perros están en términos perfectamente amistosos con un gato, pueden actuar por instinto y tratar de cazar a su amigo si le ven correr. Cuando hay varios perros en la casa, tienen más instinto de "manada" y se desatan pasiones. Es menos probable que suceda en el caso de que haya un solo perro en la familia.
La caza es un buen juego, pero el gran riesgo viene del hecho de que es un comportamiento instintivo que se afianza cada vez más a medida que se practica. Cazar estimula la subida de la adrenalina. Los perros lo encuentran tonificante y por eso, en cuanto se les presente la oportunidad, cazarán de nuevo.
Cuanto más a menudo lo hagan, más posibilidades tendrán de cazar a un gato; e incluso, posiblemente de matarlo.
FUENTE: "LAS 101 PREGUNTAS QUE SU PERRO LE HARÍA, SI PUDIERA HABLAR"
AUTOR: Bruce Fogle; Doctor en Veterinaria y miembro del Royal College of Veterinary Surgeons del Reino Unido. Además de ejercer su profesión, es conferenciante sobre conducta animal en facultades de Veterinaria de todo el mundo. Es autor de varios libros sobre los problemas de conducta de animales domésticos.
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