ENIGMAS CANINOS.
¿Por qué lamen las caras ajenas?
Cuando dos perros se encuentran, pasan primero por una fase de olfateo preliminar y cuando empiezan a hacer migas, se lamen la cara. Con la gente ocurre exactamente lo mismo, no solo cuando la conocen sino como saludo habitual.
Existe un motivo para todo este afecto oral. "En la época en que los perros vivían en estado salvaje, los miembros de menor categoría del grupo lamían regularmente al perro líder", explica la doctora Kimberly Barry, experta en conducta animal de Austin, Texas. Ése era su modo de mostrar respeto y cariño.
Sin embargo, éstos húmedos besitos no se dan sólo por afecto. Los cachorros pronto aprenden que lamiendo la cara de su madre obtienen más alimento, ya que se siente mejor y más dispuesta a alargar la hora de la comida. Con suerte hasta pueden conseguir un bocado extraviado de la última comida…
Rasgos de raza
Los dálmatas son monísimos en las películas pero en la vida real pueden ser un poco pesados, ya que poseen una tendencia hereditaria a ser nerviosos y poco sociables. Son perros estupendos pero que se llevan mejor con gente entendida en adiestramiento y con una enorme paciencia.
Una perrita con clase
Los galgos tienen fama de perros inteligentes, elegantes… de una raza superior. A excepción de Hattie. Se trata de una perrita inteligente pero sus modales dejan bastante que desear, sobre todo teniendo en cuenta que vive con la doctora Karen L. Overall, especialista en conducta animal y directora de la clínica de conducta animal de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Pensilvania en Filadeldia. Nada le gusta más a Hattie que revolcarse en excrementos de vaca. Las heces de caballo tampoco están mal pero ella prefiere las de tipo bovino.
La guapa galga KASHAYA
Además se recrea ensuciándose todo lo que puede y más con la fragante sustancia, tanto que el hedor puede perdurar días e incluso semanas. Cuando la Dra. Overall no puede soportarlo más, baña a Hattie; acto seguido, ésta sale en busca de más excrementos.
Los expertos teorizan sobre por qué los perros retozan sobre excrementos, pero la Doctora Overall cree que la razón es muy sencilla. Hattie se revuelca en el estiércol por la misma razón que los humanos nos perfumamos. "Sólo se está empapando de su aroma favorito y pasándoselo bien", afirma. No olvidemos que los perros no son humanos, y piensan como perros.
Matando el tiempo
A los nueve meses de edad, Muttonhead tenía un marcado sentido del trabajo. Un día su familia no estaba en casa, este aplicado pastor alemán decidió matar el tiempo poniendo un poco de orden. Primero, bajó las almohadas de los dormitorios al salón y las dispuso en círculo. Después sacó cuidadosamente de un armario de la cocina un juego de delicadas tazas de café y, una a una, las colocó en hilera encima del sofá. Finalizó su trabajo apilando medias, calcetines y otras piezas de ropa en el suelo del salón. En la cima de la pila colocó un libro en rústica.
A sus dueños, este extraño comportamiento les resultó divertido y a la vez asombroso. Por ello, decidieron consultar a la Doctora Melissa R. Shyan, especialista en conducta animal y profesora asociada de psicología de la Butler University de Indianápolis. La Doctora no tardó en diagnosticar un exceso de energía y una dosis inusual de ingenuidad. El perro estaba aburrido y necesitaba ocupar en algo su tiempo.
"Como muchos otros perros jóvenes de gran tamaño que se quedan solos en casa, Muttonhead buscó algunas actividades para entretenerse", señaló la Doctora Shyan. Les recomendó que le dejasen algunos juguetes divertidos con que jugar, a poder ser juguetes que hiciesen pensar a Muttonhead. De ese modo, lo mantendrían distraído y reducirían sus ansias de redecorar la casa.
Diferencias individuales de cada perro
Todos los seres humanos del planeta pertenecemos a la misma especie, pero nuestras personalidades son totalmente distintas. No esperemos que un anciano actúe del mismo modo que un adolescente; incluso los hermanos son en ocasiones tan diferentes que cuesta creer que tengan los mismos padres.
Perro con artritis, en terapia de agua para calmar los dolores.
Con los perros ocurre lo mismo. Lejos de estar cortados por el mismo patrón, cada perro posee una personalidad y un carácter únicos. Un tipo de disciplina que funcione perfectamente con un perro puede no surtir el menor efecto con otro. Es frecuente encontrar personas que intentan educar a sus perros de la manera más diligente para acabar tirando la toalla convencidos de que los perros son incorregibles.
"He visto a dueños tolerar situaciones terribles", afirma el doctor Ian Dunbar, experto en conducta animal de Berkeley, California. "Dicen cosas como, 'sólo es travieso con los huesos' o 'es que no le gustan los niños' ".
Hay que ser indulgente con las diferencias individuales de cada perro, pero algunas conductas inapropiadas, como la agresión, son demasiado graves para ignorarlas o solucionarlas por nuestra cuenta. "Si no se puede evitar que un perro se comporte de una cierta manera, se debería consultar sin demora a un especialista en conducta canina o buscar un buen adiestrador", afirma el Dr. Dunbar. Algunos problemas de conducta requieren la ayuda de un profesional; sin ella, empeorarán.
Amor y protección
Este beagle es más conocido por su personalidad complaciente y su lealtad. Sin embargo, incluso entre los beagles, Jack es un caso único. Con 6 años de edad, Jack, de South Bend, Indiana, decidió convertirse en el guía, la protección e incluso en los ojos de su menos afortunada compañera.
Jane Amos, adiestradora y propietaria de Jack, es una gran entendida en perros pero hasta ella se sorprendió del interés que demostraba por ayudar a Tina, un caniche enano de avanzada edad que había perdido la vista a causa de un desprendimiento de retina.
"Yo no le enseñé a hacerlo pero un buen día me di cuenta de que se estaba dedicando a cuidar a Tina -cuenta Amos-. Cada cierto tiempo Jack buscaba a Tina por la casa para vigilarla y asegurarse de que estaba bien. Incluso desarrolló un método para guiarla de modo que pudiese sortear los obstáculos y evitar tropezar con las cosas".
Los beagles son perros pequeños que no pesan mucho más que un saco de comida canina, pero lo que les falta en tamaño, lo tienen en arrojo. Jack no dudaba un instante en proteger a Tina de otros perros más grandes del vecindario. "De hecho, durante los paseos, se cambiaba rápidamente de posición para colocarse entre Tina y los otros perros que se iban encontrando y así permanecía hasta que no había peligro", explica Amos.
Tina finalmente murió pero durante sus últimos años de vida, Jack nunca dejó de cuidarla y no necesitó que nadie lo alentase. Tina se lo agradecía y, para Jack, ése era el mejor premio.
Don dinero
David Baca, en Embudo, Nuevo México, no necesita recompensar a su perro Oliver, puesto que esta mezcla de pequinés y doguillo ya se ocupa de premiarse él solito. Y si se siente especialmente generoso, premia también a su humano.
Oliver posee un don especial para encontrar dinero. Mientras otros perros sueñan con un filete o con cazar conejos, Oliver planea cual será su próximo golpe.
David descubrió la afinidad de Oliver por los billetes cuando una amiga se quejó de que le faltaba dinero. Durante tres semanas, culpó a David de sus pérdidas financieras y aunque a él también le había faltado dinero, nunca se imaginó lo que realmente estaba ocurriendo.
Un buen día, David dejó un billete de 10 dólares encima de la mesita de café y se escondió tras una esquina a vigilar. Sin pensárselo dos veces, Oliver se agenció los 10 pavos. Después de seguirle un rato, David descubrió 45 dólares más escondidos detrás de la nevera.
Los hurtos de Oliver no son tan extraños si se tiene en cuenta el pasado de David como cuidador de ganado y sus excursiones a la ciudad. Cuando Oliver y él pasaban por delante del Zeller's General Store, a veces le daba al perro algo de dinero, que él sujetaba entre los dientes. Oliver entraba en la tienda y los dependientes que lo conocían le cambiaban el dinero por una lata de salchichas de Viena. Una vez en la calle, David abría la lata y Oliver daba buena cuenta de las salchichas, una lección que ningún perro olvidaría.
¿Por qué los perros pequeños
ocupan tanto espacio en la cama?
Las personas que permiten a sus perros dormir con ellas a menudo se asombran de la cantidad de espacio que ocupan, sobre todo cuando se acomodan sobre una parte del colchón que sobrepasa con creces la que su masa corporal necesita. Como es evidente, las personas acaban siempre confinadas a un pequeño rincón en el que duermen encogidas.
"Los perros pequeños ocupan aún más espacio en relación a su tamaño", afirma Bob Gutiérrez. "Las camadas de perros pequeños suelen componerse de uno o dos cachorros. Sin embargo, los perros grandes tienen cinco o seis crías", explica. Para que todos cupiesen en la guarida, los perros grandes aprendieron a dormir acurrucados, a diferencia de los pequeños, que disponían de todo el espacio para ellos o tenían que compartirlo con sólo otra cría.
El trastorno de la soledad
Muchos perros mordisquean, escarban y destruyen porque les divierte. Sin embargo, para otros se trata de una llamada de socorro porque no pueden soportar la soledad.
Antiguamente los perros vivían en grupos, unas sociedades en que sus miembros dormían, jugaban y comían juntos. Hoy día las personas representan esos grupos, pero a menudo se ausentan durante largos períodos de tiempo. "A algunos perros la soledad les trastorna y les provoca lo que se denomina ansiedad por separación", explica la Doctora Kimberly Barry, experta en conducta animal de Austin, Texas.
El perro que padece este tipo de ansiedad puede ser muy destructivo y causar daños muy importantes. "Sin ayuda profesional, no superará el problema", afirma la Doctora Barry. La ansiedad por separación es fácil de reconocer por los siguientes síntomas:
* La destrucción se produce generalmente cuando el propietario no está en casa [o como mínimo en ese momento es más intensa] y el perro se encuentra solo.
* El perro presenta heridas en la boca, cortes en las almohadillas u otras lesiones.
* Es más proclive a dañar objetos cuando está furioso o sufre ansiedad.
* Se autolesiona, a veces, muy seriamente.
Un maître canino
En la sidrería Lake Sonoma de Geyser-ville, en California, el pan, los quesos y los vinos se combinan a la perfección; la vista sobre el valle es impresionante y el servicio, de lo más atento. Thunder, una mezcla de labrador y gran danés de 7 años de edad, acude a la oficina cada día con su propietario y director de operaciones de la sidrería, George Christie. Thunder recibe a los clientes cuando bajan del coche y los escolta hasta sus mesas. Si se cae una servilleta o una cartera, Thunder siempre está listo para recogerlas y devolverlas a su propietario.
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Después de 3 años dando la bienvenida a 200 visitantes diarios, Thunder se ha ganado un club de admiradores. "La gente vuelve y pregunta por Thunder, y nos envían cartas hablando de él", explica Christie.
"Los modales de Thunder son impecables", añade Christie. Como indican sus 47 kilos, Thunder es muy aficionado a la comida y a contemplar con avidez los platos de sus clientes. "Thunder no pide comida [afirma Christie], pero todos le dan siempre alguna cosa."
FUENTE: "Manual de educación canina" (Guía completa de los buenos modales).
Colaboradores: Sheree Crute, Susan Easterly, Tony Farrell,
Susan McCollough, Christian Millman, Jana Murphy, Amy D. Shojai
© 2000 de la edición española:
Könemann Verlagsgesellschaft mbH, Colonia, Alemania.
AVISO: Este libro es sólo una obra de referencia y no debe tomarse como un manual médico. La información que ofrece está destinada a ayudarle a tomar decisiones sobre la conducta de su animal. No debe tomarse como un sustituto de ningún tratamiento que le pueda haber recomendado su veterinario. Si cree que su animal tiene un serio problema de conducta, le instamos a buscar ayuda competente.
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