martes, 2 de septiembre de 2014



LA AMENAZA VOLADORA





A nadie le gustan los mosquitos. Resultan muy molestos aunque su picadura provoca simplemente una irritación que si no se toca desaparece en poco tiempo. Sin embargo, son unos insectos peligrosos capaces de transmitir enfermedades como la leishmaniosis y la filariosis que pueden ser mortales para nuestras mascotas, y contagiosas para el humano.







Los mosquitos viven habitualmente en zonas húmedas y calurosas. La temporada más peligrosa comienza con el calor, normalmente en mayo, y finaliza en Septiembre u Octubre si este se prolonga. Durante el invierno los mosquitos permanecen en estado de larvas inofensivas. En las zonas más cálidas del Estado español encontramos mosquitos prácticamente todo el año y en consecuencia el peligro existe todo el año.







Si tu perro no recibe protección alguna, el riesgo de contagio es mayor. Este siempre aumenta si el perro permanece en zonas más rurales y periurbanas, en regiones cálidas del país y si está fuera de la casa al anochecer.



Pequeños y peligrosos


Los verdaderos mosquitos, y los realmente peligrosos para nuestras mascotas, son los culícidos, pertenecientes a la familia Culicidae. Las hembras de estos insectos son hemotófagas (se alimentan de la sangre de otros animales), y por ello son frecuentes vectores de enfermedades infecciosas.







Los mosquitos tienen cuatro etapas de desarrollo en su vida (huevo, larva, crisálida y adulto) y necesitan agua e ingerir sangre para completarlo.


En la mayoría de los culícidos hembra (sólo pican las hembras),  las piezas bucales están preparadas para perforar la piel de sus víctimas y así succionar su sangre. Las hembras alimentadas comienzan así su ciclo reproductivo y realizan la puesta de huevos.






Tras perforar al individuo y succionar su sangre, los mosquitos pueden inyectar su veneno, lo que causa la inflamación característica de la zona. De esta manera pueden transmitir las enfermedades infecciosas, no solo la filariosis y la leishmaniosis, sino además la malaria, el dengue y la fiebre del Nilo Occidental.






                                      Mosquito del Dengue



Tomar precauciones


En general todos los mosquitos se muestran más activos al atardecer, de manera que si vivimos en una zona de riesgo alto es mejor salir a pasear por la mañana o por la tarde, antes del anochecer. También es recomendable que nuestro perro duerma en una zona cerrada, porque aunque pueden penetrar fácilmente en nuestras casas, el riesgo siempre será menor dentro de un habitáculo. 






                                    Mosquito de la malaria



Es muy recomendable el uso de mosquiteras para salvaguardar el interior del hogar. Afortunadamente en el mercado podemos encontrar diferentes artículos destinados a la protección del perro. Se trata de productos repelentes que disminuyen el riesgo de picaduras y con ello la transmisión de las enfermedades.






                                      Mosquito de la filariosis



Hay muchos compuestos químicos (por ejemplo la permetrina) que han demostrado su eficacia y están ampliamente recomendados en zonas de riesgo de transmisión de enfermedades por picadura de mosquito. Los podemos encontrar en collares y pipetas de fácil manejo. Además existen repelentes menos agresivos como los realizados a base de citronela, aunque su eficacia no ha sido totalmente demostrada. 






                                 Perro afectado por leishmaniosis



Existen también aparatos y programas de software que generan señales acústicas (ultrasonidos) y que anuncian como repelentes de mosquitos. Sin embargo su eficacia no está probada.


Ningún producto puede garantizar una protección total, de modo que conviene combinar tratamientos y seguir las recomendaciones de nuestro veterinario, quien conoce la zona en la que vivimos y las circunstancias particulares de cada mascota.





                      Perro afectado por filariosis (gusanos en el corazón)



La filariosis o dirofilariosis es una enfermedad grave de los perros, aunque también se encuentra en otros animales (gato, lobo y otros animales salvajes) y ocasionalmente el hombre, provocada por la infestación de un parásito adulto. Este es redondo y alargado (12-15 cm los machos y 25-40 cm las hembras) y vive en el corazón y arterias pulmonares de sus víctimas. Pueden vivir hasta varios cientos de ellos en un mismo animal.







Esta enfermedad se ha propagado por todo el mundo y es habitual en zonas templadas y húmedas, donde viven los mosquitos, que son los responsables de su propagación de un animal a otro a través de sus picaduras.


Los animales afectados muestran inicialmente intolerancia al ejercicio, acompañado en ocasiones de tos, dificultad para respirar y apatía. Su evolución es mortal. Afortunadamente si es diagnosticada a tiempo su tratamiento es efectivo. Lo más importante es prevenirla. Pregunta a tu veterinario que previamente descartará que tu mascota esté infestada por el parásito para aplicar las medidas preventivas más adecuadas.









FUENTE: REVISTA Nº 14/2013 - Verano, de la Clínica Veterinaria
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