jueves, 13 de marzo de 2014



EDUCANDO AL GATO.





EDUCACIÓN BÁSICA

Enseñaremos al animal aquello que pretendemos que cumpla… eso sí, querido torpe, teniendo varias e importantes cosas en cuenta:

* Existen límite en lo que el humano puede/debe enseñar a un animal de compañía: NO TODO ES POSIBLE.

* No todos los animales tienen las mismas aptitudes: debemos aceptar y asumir los límites del animal, sin absurdas comparaciones con el vídeo maravilloso, hábil… y ¿trucado? gato de Youtube





* Los felinos no tienen el mismo grado de aceptación de educación que el perro.

* Podemos utilizar premios para incentivar la educación, igual que con cánidos (asociar el premio a la acción deseada). Cualquier gato que sea tratado con paciencia, cariño, recompensas… puede llegar a realizar distintas "tareas" y "aceptar" órdenes o comandos concretos… recordemos, ADECUADOS A SU CAPACIDAD.





                             Cleopatra, observa debajo de la alfombra.


* Un gato JAMÁS aceptará las voces altas ni los castigos (y mucho menos los físicos) como "estilo educativo".

* Hasta un 15% de felinos son "resistentes" a la socialización con las personas, por lo que la educación se torna en algo imposible.


En la educación del felino existe una palabra VITAL: INTERÉS.




Los gatos domésticos tienen todo a su plena disposición: comida, bandeja de arena, higiene… por lo que prestarán menos interés por los aprendizajes, por las pautas educativas propuestas que aquellos animales "necesitados", aquellos que necesitan conseguir determinadas cosas para su desarrollo vital; a mayor interés por lo ofrecido (pauta educativa-premio) mayor posibilidad de obtener resultados.




Para conseguir educar a un gato debemos tener muy claro lo que queremos conseguir… y algo también de EXTREMA IMPORTANCIA:
diferenciar lo IMPRESCINDIBLE de lo LÚDICO.

Muchos torpes humanos quieren que su gato le traiga una pelota cuando todavía no se ha conseguido que deje de marcar los laterales del sillón con sus uñas y glándulas interdigitales.




Centrémonos primero en conseguir una convivencia adecuada teniendo siempre en cuenta la "gatonalidad" del animal, y después, pasemos a la educación lúdica.


Para conseguir resultados, debemos fomentar aquellas cosas que instintivamente, o por "preferencia natural", estarían dispuestos a ejecutar. Es más difícil, muy complicado, conseguir cosas que van en contra de su idiosincrasia.




Sofie, está triste. Tiene 16 años, se está quedando ciega y sus humanos la han abandonado.


¿Podemos conseguir que sus instintos de caza no se manifiesten con determinados animales de compañía? ¿Aves, pequeños mamíferos?…

Si el gato ha sido socializado con estos seres vivos desde su más tierna infancia, si son "algo más" de su entorno, si su alimentación y el juego es el adecuado, no será complicado evitar su instinto cazador. En el caso de animales adultos, que no han tenido la referencia de que esos móviles e interesantes "amigos" no deben ser capturados, e incluso ingeridos, debemos evitar el contacto y tener muy claro que el instinto predatorio de un felino consigue proveerle de habilidades a prueba de todo tipo de jaulas.





Como estamos comprobando, el juego aparece de forma constante desde que hemos comenzado a tratar el tema de la educación… ¿Por qué es tan importante el juego en los felinos, tengan la edad que tengan, para un adecuado comportamiento, para una "buena ecuación"?.

El juego en los gatos es la forma más adecuada, lúdica y positiva para adquirir hábitos adecuados y lograr una correcta educación.

Pero, para que el juego felino alcance la excelencia deseada, nunca deberemos olvidar los siguientes puntos:




Si queremos retirar la mano, deberemos hacerlo lentamente, sin brusquedades, y si el gatito no la suelta, entonces con la mano libre, le daremos un toquecito detrás de la cabeza, para que suelte la "presa", así nos libraremos de sus mordisquitos sin problema. Lo mismo para un gato adulto.




El mejor complemento del juego felino es el humano. Ello no quiere decir que debamos jugar directamente, empleando nuestras manos, pies … en la acción; si lo hacemos, veremos cómo sus afilados "cuchillos" dentales y ungulares, hacen mella en nuestro organismo. ¿Somos importantes en su juego? Sí, pero como mediadores de la actividad.




En este caso, si queremos soltarnos del "abrazo" gatuno, con la mano libre le daremos unos golpecitos en la cabeza o en el trasero para llamar su atención, cuando afloje nuestra mano, la retiraremos inmediatamente.


* En el juego felino tenemos que proporcionarles estímulos adecuados a su comportamiento innato: cosas que perseguir y cazar, premios que obtener… existen multitud de juguetes interactivos que con nuestra ayuda, o, en algunos casos, por sí solos, sacan todo el partido a los momentos de juego de nuestro amigo.




* El juego de los cachorros, aparte de "divertirles", es una fundamental forma de adquirir un completo desarrollo de todas sus estructuras orgánicas, con fundamental beneficio en su sistema nervioso.




* No sólo los gatos cachorros o jóvenes juegan. La práctica totalidad de los felinos adultos manifiestan "comportamientos infantiles", por su estrecha relación con el humano, como el juego.


* Los gatos juegan cuando están tranquilos, cuando ninguna otra necesidad (alimenticia, territorial, reproductiva…) les preocupa ni requiere de su plena atención; por esta razón todos los especialistas asocian el juego del animal al bienestar.





* Cuando un gato no dispone de estímulos de juego, si no tiene nada que perseguir, acechar y cazar, pueden aparecer problemas. Es habitual encontrarse con humanos en las consultas quejándose de los arañazos y mordiscos que su felino les propina de forma sorpresiva cuando caminan por el pasillo de su casa. No es que el gato quiera "desangrarnos". Está buscando lo que no tiene: JUEGO. Es cierto que alguno de estos comportamientos no son una búsqueda de juego, pero en la gran mayoría de los casos, ésa es la simple y "solucionable" causa.







FUENTE: "Cosas de gatos" (Cómo conocer y cuidar a tu mascota, para torpes)

AUTOR: Carlos Rodríguez, licenciado en Veterinaria por la Universidad Complutense de Madrid, y copropietario de la clínica veterinaria Parque Corredor. Carlos ha trabajado también como director, presentador, asesor y colaborador en diversos medios, como Waku Waku (TV1) o Club Disney (Tele 5), TP de oro al Mejor Programa infantil en 1991-2-3-4-5-6-
1998, 2000 y 2001; y Premio de la ATV al Mejor Programa Infantil en 1999. Es autor de varios libros como "El encantador de gatos" o el gran éxito de esta colección "Cosas de perros". Actualmente , es director y presentador del programa de radio Como el perro y el gato en Onda Cero, así como del programa de TV del mismo nombre en Neox. También es director de contenidos de mascoteros.com


© EDICIONES ANAYA MULTIMEDIA (GRUPO ANAYA, S.A.), 2011
Madrid.

Colección OBERÓN PRÁCTICO.























No hay comentarios:

Publicar un comentario

Si tienes algún comentario no dudes en hacerlo. Gracias.