IDEAS FALSAS SOBRE LOS GATOS.-

Laetitia Barlerin

"Hay que variar su dieta para que no se canse"  (IDEA FALSA)


Como un verdadero gourmet, a tu gato le encanta la diversidad en su plato: latas, croquetas, restos de comida... Te esfuerzas en encontrar nuevas ideas, ya que crees necesario variar su alimentación.

Un régimen uniforme no es un régimen monótono.

Querer variar la alimentación de la mascota, se trata más de una actitud antropomórfica que de una verdadera necesidad nutricional. En estado salvaje, el gato dispone de una gama limitada de menús: ratones, pájaros, y ocasionalmente pescado. Come sus  presas crudas cuyo gusto y textura apenas cambian. Al contacto con el hombre, ha aprendido a variar sus menús, sin embargo, este régimen alimenticio tiene consecuencias.

En el intestino de un carnívoro la flora intestinal que participa en la digestión de los nutrientes ingeridos está estrechamente ligada a la naturaleza de éstos y le cuesta adaptarse a los cambios alimenticios. Cualquier cambio drástico conlleva la producción de toxinas y gas que causan diarrea.

La mayor parte de los gatos, aprecian la novedad (siempre que la textura sea la misma que la habitual), sobre todo si el alimento es apetecible, ¡incluso aunque estén saciados! Cambiar de marca de alimentos constituye un factor de obesidad en el gato.

Elige un alimento adaptado a tu gato (su edad, actividad...) y no cambies: la uniformidad en la dieta que le ofreces favorece una autorregulación en la toma del alimento, ya que permite un  control de la sensación de hambre. Puedes cambiar ocasionalmente la variedad dentro de la misma gama de una marca ("con pollo", "con ternera"...) y sin que haya que realizar un cambio progresivo.

Si quieres modificar su dieta, aplica un periodo de transición de 2 semanas. Sustituye una parte del anterior alimento por un poco del nuevo y después aumenta cada día la proporción hasta obtener la nueva ración.