viernes, 23 de agosto de 2013

TESEO, EL LORO QUE SE RESISTÍA A SOÑAR.


TESEO, EL LORO QUE SE RESISTÍA A SOÑAR.


No suelo perder la paciencia, pero el olor nauseabundo que precedía a levantar el trapo negro con que *P cubría mi jaula, era insoportable ese día. Resultado del jolgorio de las fiestas patronales de su pueblo. Lo primero que veía cuando mi carcelero quitaba el trapo, eran sus ojillos de mirada sádica y nublados por el alcohol. Me tuvo sin comer tres días. Él estuvo en las fiestas y su madre que venía a limpiar no se ocupaba de mí. Creía que el artilugio donde yo estaba encarcelado y cubierto con el trapo negro de día y de noche era una lámpara de diseño.



Si una persona aspira sinceramente y en serio a vivir una vida real, su primera decisión debe ser la de abstenerse de comer carnes y no matar animales.

León Tolstoi (Escritor ruso)




Un día que la madre de *P trajo a su nieto, el niño quitó el trapo de la jaula y me llevó dentro de ella a la bañera, me puso debajo de la ducha y abrió el grifo. Sus gritos sádicos de satisfacción atrajeron a su abuela, que dijo que yo era un bicho muy raro y que me dejara allí debajo de la ducha. Ellos se marcharon y yo me quedé allí empapado hasta que llegó *P al cabo de dos días, tras una ausencia normal en él, ya que es informático y suele viajar bastante.





  LORO GRIS AFRICANO.  PROVISTO DE UNA INTELIGENCIA SUPERIOR.




 Volvió a colocarme en la percha y dijo que yo y la jaula estábamos muy limpios. Lo cierto es que yo estuve comiendo un revoltijo de pipas y agua, ya que no había otra cosa, así que cogí una gastroenteritis, de la que no se sabe como me repuse.




                                               BELLEZA APRESADA.



El que se decía mi "amigo" me tenía bastante harto, así que me puse a soñar despierto con la selva de donde había sido sacado por los traficantes de animales, junto con otros miles de pájaros, de los cuales sólo sobrevivimos unos pocos al trayecto. Primero me llevaron donde los tratantes de esclavos y me vendieron a un par de chicos que me tenían atado con una anilla a la pata, pero decían que no soportaban mi forma de "hablar", y me vendieron barato a otra persona a la que hacía gracia los primeros días, pero que pronto se cansó de mí.





LOS ANIMALES TE NECESITAN. ELLOS NO TIENEN VOZ PARA SER ESCUCHADOS.
NO LOS IGNORES. ESCUCHA SUS GRITOS DE DOLOR.




Esta persona me regaló al informático *P que me adoptó porque no tuvo que soltar un Euro. Desde el primer día me metió en una jaula en la que no puedo darme la vuelta, me da comida revenida y no me trata con respeto, como los antecesores carceleros. Pero esta vez, pensando en todo esto, perdí la paciencia y cuando abrió la jaula para arrancarme unas plumas que luego guardaba debajo del teclado del ordenador, no pude más y le piqué con todas mis fuerzas en el dedo gordo. "¡Maldito bicho!, dijo, ésta me la vas a pagar". Se marchó y no volví a verle más, luego me enteré que había contraído una septicemia y la palmó.





Tras el suceso, no me cansaba de repetir que yo no pude evitarlo y me daban accesos de risas y llanto. Me llevaron al veterinario para que me eutanasiara, así que me abandonaron a las tinieblas de un quirófano; ya no tenía ganas de luchar, al fin iba a dejar de sufrir malos tratos y vejaciones de los humanos que me habían "adoptado" para torturarme.





TODOS LOS HOMBRES SON DIOSES PARA SU PERRO. POR ESO HAY TANTA GENTE QUE PREFIERE A LOS PERROS MÁS QUE A LAS PERSONAS.

HUXLEY


Debía ser ya de noche cuando vino la mujer de la limpieza y comenzó a hablarme suavemente, me llamó pajarito bonito y me dio trocitos de manzana, al tiempo que rascaba mi cabeza. Le di las gracias y ella sonrió. Era como el último deseo de un preso que va a ser ejecutado. Al menos moriría con el estómago lleno. Al día siguiente, se iluminó el quirófano y entró el veterinario con un niño al que llamaba Juan. El niño me miró con cara triste y le dijo al veterinario al que llamó tío que me adoptaran. El veterinario accedió. Yo estaba bastante apático, otra vez lo mismo: la cárcel y la tortura. Así que cerré los ojos y me dispuse a sucumbir en más raciones de despotismo humano.






La mayoría de los animales abandonados fallece víctima de enfermedades, hambre y maltratos. Un fin mucho peor corren los que caen en manos de desaprensivos o perturbados que, o bien sacan partido de las remuneraciones de centros de investigación o laboratorios de experimentación, o bien les dan una muerte horrible para satisfacer sus malsanos instintos.



Cuando abrí los ojos estaba en una gran pajarera al aire libre. Todo era verdor, flores y árboles. Confundido y expectante, mis ojos se posaron en una chica con plumas azules que estaba apoyada en una rama superior. Ella me miró y me invitó a subir, pero yo estaba muy débil para moverme así que ella se acercó a mí, me consoló durante los días que duró mi convalecencia, y cuando ya pude volar me llevó a la zona más alta de la pajarera.





No nos olvidemos de aquellos otros animales que van de mano en mano, visitando hogares y conociendo múltiples penurias, sin que su peregrinaje les lleve a un destino estable. Los más afortunados pueden aspirar a una muerte digna si el azar los conduce a un albergue responsable.



Allí estaba: un agujero con el grosor justo para ir hacia la libertad. Entonces ella me dijo que me había estado esperando para emprender el vuelo. Dos horas más tarde habíamos recorrido 100 Kilómetros; ahora empezaba a creer que algún día alcanzaríamos las tierras de donde habíamos sido arrebatados, si es que los taladores de árboles o los incendios no habían terminado con ellas.






La civilización no suprime la barbarie; la perfecciona.

Voltaire.







Tirarle un hueso a un perro no es caridad. Caridad es compartir el hueso con el perro cuando se está hambriento como él.

Jack LONDON







TODO EL MUNDO QUIERE VIVIR A EXPENSAS DEL ESTADO. SE LES OLVIDA QUE EL ESTADO QUIERE VIVIR A EXPENSAS DE TODO EL MUNDO.

FREDERIC BASTIAT.



Juan Mérida & Marta M. Alluitz














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