LANGOSTAS, CANGREJOS Y DEMÁS CRUSTÁCEOS.
Irene del Valle
¿Que ocurriría si las carnicerías tuvieran perros, gatos (o terneras) hacinados en inmundos recipientes de cristal con las patas atadas, o si las recetas aconsejaran arrojar al animal plenamente consciente dentro de un puchero con agua hirviendo? Seguramente sería considerado una atrocidad. Pero sustituyamos esos mamíferos de grandes ojos redondos, por bichos con pinzas y antenas.
¿Quién se atrevería a abogar por ellos?
Trampas para langostas.
LA REALIDAD DE LOS CRUSTÁCEOS
***Las langostas son animales fascinantes. Viven una larga juventud y una adolescencia difícil. Emplean complicadas señales para explorar y establecer contactos sociales con sus congéneres. Su comunicación es directa y sofisticada. La preñez dura nueve meses. Algunas son diestras, otras zurdas. ¡Incluso pasean cogidas de la pata!. Pueden vivir hasta más de ciento cincuenta años, aunque sólo unas pocas (el 1%) sobreviven al depredador más terrible del planeta: el hombre.
Langostas en pecera, inmovilizadas.
***Al igual que el ser humano, las langostas sienten dolor cuando son arrojadas al agua hirviendo: sus pinzas arañan los bordes de la cazuela o golpean con un clic, clic, clic, en la puerta del microondas en un intento de escapar. Sus esfuerzos desesperados y vanos han provocado algo más que sentimientos de culpa en algunos cocineros.
Langosta esperando a ser torturada en agua hirviendo.
***Los crustáceos son criaturas muy sensibles dotadas de una voluntad de vivir, que luchan lo mejor que pueden contra la muerte. Sabiendo que también las langostas y los cangrejos sufren, no deberíamos permitir que nuestro paladar y nuestros prejuicios cuenten más que nuestras conciencias.
Langosta en el acuario de un bar.
***Científicos de la Universidad de Maine revelaron que numerosas "trampas fantasma" (perdidas en el mar o en el fondo marino) mantienen atrapadas a langostas durante meses e incluso años. Las langostas pueden vivir indefinidamente dentro de las trampas abandonadas porque en ellas penetra la suficiente comida como para que se mantengan vivas. en Estados Unidos, una nueva ley exige que todas las trampas de langostas vayan equipadas de una abertura de salida cerrada por una tapa biodegradable, que se abre transcurrido un tiempo determinado.
ALTERNATIVAS
***Elimina de tu dieta las langostas, los cangrejos y otros animales marinos. Existen numerosas razones para no comerlos, incluyendo la contaminación bacteriana y los envenenamientos (las langostas se alimentan de resíduos procedentes de los vertidos de las plantas de tratamiento de aguas residuales). Tu cuerpo, diseñado para digerir una dieta libre de carne, te agradecerá no tener que realizar esfuerzos innecesarios.
***En los restaurantes expresa tu objeción a que las langostas vivas permanezcan encerradas en peceras y envía también tu queja por escrito. Explica que estas criaturas nocturnas merecen algo mejor que ser exhibidas hacinadas en peceras las venticuatro horas al día. Comunícales que estarás encantada de volver a comer en ese restaurante cuando retiren los tanques, y que animarás a tus amigas y amigos, familia y colegas de trabajo a boicotear el establecimiento.
***Escribe cartas de queja a los supermercados que venden langostas vivas. En Bilbao, una mujer visitó al gerente de un mercado para darle información sobre las langostas y sobre la crueldad que representaba mantenerlas en cautividad y los métodos de cocinarlas. Luego, esta mujer se enteró de que el establecimiento por ella visitado había dejado de vender langostas vivas debido "al alboroto organizado por una señora".
En unos grandes almacenes estadounidenses, tenían como atracción un tanque con tiburones. El tanque se rompió y los tiburones nadaban donde los veis.
***Cuando veas una langosta en una pecera, comunica a los que tengas a tu lado lo que piensas sobre eso, o confecciona cuartillas con información clara y repártelas en el restaurante.
***Algunos establecimientos especializados envían langostas vivas al cliente, colocadas en hielo.
Una vez, san Francisco de Asís le dijo al almendro: "Hermano, háblame de Dios". Y el almendro floreció.
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