UN POCO DE PSICOLOGÍA CANINA

Mr Bruce Fogle, doctor en Veterinaria y miembro del Royal College
of Veterinary Surgeons del Reino Unido, experto y conferenciante en
conductismo animal. Autor de varios libros sobre conducta animal.


Los perros que se orinan cuando dan la bienvenida a la gente carecen de autoestima. Para dejar de hacerlo, necesitan tener más confianza en sí mismos.

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En la jerarquía de la manada canina, las personas siempre deben estar en lo más alto del poste totémico. Los perros deben demostrar sumisión cuando la gente llega a casa, aunque todo lo que se necesita realmente es un simple movimiento de cola. Mayores muestras de fidelidad a los jefes humanos ---gañidos, lloriqueos, revolcarse por el suelo o, lo que es peor, revolcarse y orinar---   son completamente innecesarias.

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A menudo, de forma inconsciente, los humanos reafirman su liderazgo descendiendo desde su considerable altura y acariciando al perro en la cabeza. Si actúan de esta forma con un perro inseguro, éste se orinará. Para corregir el problema, debería evitarse el contacto físico inmediato con el perro inseguro. 

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En cambio, hay que entrar en la casa sin mirarle. Después de unos pocos minutos, se inclinarán un poco para reducir su altura y, evitando todavía el contacto visual, le acercarán la palma de la mano vuelta hacia arriba, dejando que sea el perro quien tome la decisión de acercarse.

Cuando el perro se acerque, la persona le puede rascar debajo del mentón, aunque sin mirarlo a los ojos ni dirigirse a él.

Los ritos de bienvenida tan naturales para los humanos, como el contacto visual y los saludos verbales tipo "¡Hola!", son gestos de dominación para los perros. Si la gente evita utilizarlos, el perro inseguro tiene una posibilidad de mejorar su propia autoestima. Cuando lo haga, aprenderá a controlar su vejiga.

Si un lobo Alfa, tratara a su manada como trata un  jefe a sus empleados, se habrían extinguido hacía mucho tiempo los lobos.

BUSCA LA BELLEZA, ES LO ÚNICO QUE MERECE LA PENA EN ESTE ASQUEROSO MUNDO.-