viernes, 6 de diciembre de 2013



¿HABLAS GATUNO?


Comunicar con la voz.



El ser humano ha desarrollado el uso de palabras y la asociación de estas palabras en frases; es lo que llamamos la comunicación verbal. 
El gato no habla y no hablará jamás; no tiene la laringe adaptada para hacerlo ¿Comprende el lenguaje verbal? Muy mal. A lo más percibe algunas palabras símbolos a los cuales asocia una situación un comportamiento, una satisfacción, un placer: "comer", "no", "ven", etc. Quizá también comprende una veintena de palabras.




El lenguaje verbal también se acompaña de una melodía de sonidos: la entonación y el ritmo aportan otras informaciones sobre la emoción de aquel o aquella que habla. Cyrulnik, B. La naissance du sens. París, Hachette, 1991, ha grabado los gritos de los bebés. Si el entorno es perturbador, estos gritos son ricos en altas frecuencias. Los adultos que oyen estas grabaciones se perturban; los gatos maúllan de inquietud. La información es transmitida sin palabras.




Esta comunicación vocal que acompaña las palabras ha sido llamada 
paraverbal.




Cuando el humano habla, su rostro y sus brazos son animados por movimientos; el hombre habla tanto con las manos como con la boca. 
El cuerpo participa en la comunicación. Estos gestos y posturas que acompañan a las palabras son llamados coverbales.




Para el gato, el coverbal, y el paraverbal tienen prioridad sobre el verbal. En palabras simples, qué importa lo que le contemos, todo está en la forma de decirlo. Por tanto, es imposible mentir a nuestro gato. No es posible esconderle nuestros miedos o nuestra ira, nuestra tristeza o nuestra alegría.




El gato emite sonidos modulados: los más conocidos son los ronroneos, 
los maullidos, y los bufidos. Son las palabras del gato y tienen una significación bastante precisa, sobre todo en su tonalidad (paraverbal); en caso de duda sobre su sentido, las posturas (coverbales) están asociadas.




Gato con su cuidador en un refugio de animales abandonados.
No compres un gato de raza: ADOPTA UN@ SIN CASA.


Los ronroneos están asociados al placer, pero también a la ansiedad con inmovilidad (inhibición). Los autores de la bibliografía del presente libro, hemos emitido la hipótesis siguiente: en caso de ansiedad, el gato emite ronroneos más para sí mismo, para tranquilizarse o reconfortarse, que para nosotros. El gato, a veces, ronronea ante la proximidad de su muerte.




El maullido es una llamada, una demanda. Según la tonalidad, como un susurro o como una protesta. Los sonidos de fuerte intensidad son de dos tipos. Los primeros acompañan al acoplamiento; se parecen a los lloros de los recién nacidos. Los segundos son manifestaciones de emoción: miedo o cólera, a menudo los dos a la vez. El gato bufa y gruñe. En este caso ¡no se fíe!, mejor alejarse.




Las vocalizaciones del gato joven llegan a su punto culminante hacia la edad de seis a nueve semanas. En condiciones naturales, éstas se atenúan progresivamente. En un entorno humano, verbal y ruidoso, se mantienen en un nivel relativamente elevado. En caso de recompensa, se intensifican. En caso de castigo, se atenúan.




¿Cuál es una recompensa adecuada? Responder al gato, alimentarlo ante los maullidos de demanda, hacerlo entrar o salir ante los maullidos exigentes, etc.


¿Cuál es el castigo adecuado? No recompensar a su gato, no hacerle caso es un castigo; un chorrito de agua es a menudo otra forma eficaz de que no haga algo que a usted le molesta.





El gato doméstico es infantil. La selección ha permitido preservar estas características juveniles que hacen del gato un ser juguetón y curioso; las vocalizaciones, otra característica infantil, han sido también conservadas.

¿Habla usted "gato"?

Abriendo los labios, apretando los dientes, usted puede soplar con fuerza y producir un silbido sonoro, como el de un gato encolerizado. Es un modo muy eficaz para castigar a un gato.

¿Sabe usted maullar? ¡Ejercítese!

Es una manera ideal para llamar a su gato en casa.


¿Es usted capaz de ronronear?

Muy poca gente lo consigue.


Lo de entornar los ojos ya es más fácil: si lo hace cuando su gato le mira, le está diciendo que todo va bien, que confíe en usted.



                 
                           ESTERILIZAR, es un acto de humanidad. 


COMUNICAR CON EL CUERPO

Una postura corporal será percibida por el ojo ajeno. Para ello es necesaria la luz. Felizmente para el gato, él puede ver diez veces mejor que nosotros en la oscuridad parcial. Puede pues comunicarse a la luz de la luna.




El ser humano se comunica con gestos y muecas, encogiendo los hombros, elevando o disminuyendo su estatura.




El gato también. Y si es incapaz de reír, él puede mover las orejas y los bigotes.





Un rostro inexpresivo acompaña una emoción neutra o también de placer.




Desde que el miedo se instala, la postura del gato se encoge; las orejas se aplanan, el cuello se contrae, el cuerpo es recogido, la cola pegada al suelo y, a veces animada con sacudidas nerviosas.




Con la excitación y la cólera, el cuerpo se eleva, la cola dibuja un arco, el pelo se eriza y el gato muestra sus armas: descubre los colmillos saca las uñas.







FUENTE: "LA EDUCACIÓN DEL GATO"

AUTORES: JOËL DEHASSE & COLETTE DE BUYSER son veterinarios especializados en el comportamiento y la psicología de los animales domésticos. En esta obra nos ofrecen un método preciso y eficaz para educar a nuestro gato. Son autores también de LA EDUCACIÓN DEL PERRO
de la misma editorial.

EDICIONES OMEGA, S.A., Barcelona.








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