¿FANTASMAS?
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La relación entre personas y animales de compañía se construyó sobre la base de la representación visual imaginaria del animal, sobre fantasmas.
No hay nada peyorativo en esta palabra fantasma; es la representación imaginaria basada en deseos conscientes o inconscientes.
Remontamos la domesticación del gato, es decir, la presencia del gato en casa de las personas, al año 3.500 antes de nuestra era. En efecto, el gato se unió espontáneamente al hombre, al mismo tiempo que los ratones. No se integró en la sociedad humana como el perro lo hizo a la jerarquía de la familia-manada; vivía como comensal, compartiendo el dominio vital, aprovechando los restos de la mesa y protegiendo los graneros de cereales.
Adorado y adulado en el Japón y en el Egipto de los faraones, fue cordialmente detestado en la Europa medieval creyente, donde era el símbolo del mal. Adquirió sus días de gloria con la aparición de la rata negra. La invasión de Europa por la terrible rata gris, a comienzos del siglo XVIII, marcó su declive de comensal depredador, prefiriendo a los perros ratoneros, más eficaces.
Representación de Bastet (Diosa-gata, en Egipto)
Convertido el inútil el gato fue estimado por el ser humano. La selección de las razas de gato pertenece a esta época reciente. Terminada la presencia de la "fiera" en la casa, aparece en su lugar el gato de compañía.
Figuras representativas de la Diosa-gata BASTET, adorada en el Egipcio Antiguo. Estas tallas se exponen en el Museo del Louvre, de París.
El gato cautivador. Una cabeza redonda, una frente abombada, ojos inmensos, voz aguda, peso de un bebé recién nacido ¿no será el gato una forma de estímulo desencadenante de algunos de nuestros comportamientos innatos? Cada uno de estos estímulos produce en nosotros una reacción de protección y de cuidado hacia los más pequeños ¿No sería el gato nada más que un súper-cautivador? ¿Y el gatito, un súper-cautivador? ¿Cuál es la reacción típica de un ser humano de más de tres años en presencia de un gato?
(*) Se vuelva hacia él;
(*) Lo acaricia;
(*) Adopta una voz especial, comparable a aquella utilizada con los bebés;
(*) Sonríe.
Esta reacción es involuntaria. Es como un reflejo. Se modifica por la experiencia, agradable o desagradable, que han tenido con el animal.
"¡Oh, es precioso! ¡es adorable"!
El ser humano, homo sapiens, el hombre que sabe, que tiene el conocimiento da testimonio de este modo de la fuerza de su instinto.
Gato abandonado en El Vallés (Barcelona)
He aquí el porqué las tiendas de animales tienen tanto éxito. En el escaparate, ojos húmedos, la voz rota de haber llorado demasiado, algunos temblores… atrayendo la mirada del transeúnte; éste o ésta entra, coge al pequeño entre sus manos; el gatito se refugia en ellas, lame, hace movimientos de mamar, se reconforta; la interacción es mágica, el animal es comprado…
¡Fantasma!
¿Dónde está pues lo sapiens del homo?
No compres un gato de raza; adopta uno sin casa.
¿Quién no ha alimentado a un gato vagabundo? Un maullido nos llega al corazón… le alimentamos. Quizás el gato viene de comer de casa de la vecina, ¿quién puede saberlo? Le alimentamos; reacción de protección, de ofrecer cuidados de un padre o de una madre a un niño desamparado.
¡Fantasma!
La vida urbana es un estrés permanente. Y estamos solos. El humano estresado tiene una necesidad fundamental, vital, de coger a un ser amado entre sus brazos. El gato está allí, y quiere esto. Se frota, ronronea, manosea, como un bebé. Es lo que el humano espera de él. Y el gato se ofrece.
¡Fantasma!
El gato nos procura la satisfacción de tantas necesidades innatas, se convierte en un ser dependiente.
El gato-símbolo. Desde BASTET, Diosa con cabeza de gato, el felino se convierte en felina. Se conjuga en femenino. Ágil, turbulenta, tierna, independiente, cariñosa, apasionada, estética, versátil, seductora, cíclica, imprevisible, preciosa, divina, atenta, furiosa, feminista… así es calificada la gata por la imaginación humana, así es definida la mujer en los fantasmas del hombre; con o sin razón.
La RAI (RTV italiana) informa de que con lo que cuesta comprar un saco de comida de gatos se puede alimentar a un niño. ¿Que pasa con los ladrones de guante blanco? ¿Que ocurre con que el Rey "X" o la Marquesa "Y" vayan de cacería y se gasten en el "evento" miles de Euros?, por cierto a costa del Estado, o sea del Pueblo? ¿A éstos personajes y a otr@s muchos, les importan los niños? ¿Les importan los adultos en paro? ¿Les importan los suicidas que se han quedado sin nada? ¿Les importan algunos trabajadores que no ganan ni en toda su vida lo que se gastan ellos en un día?
Hay algunas verdades bajo todo esto. La sociedad felina es una sociedad feminista. Los gatitos llevan el nombre de su madre; son a menudo de padre desconocido.
El gato-integrado. El gato duerme encima de la cama de sus humanos, tiene acceso a los sofás y a veces come encima de la mesa. Viaja con la familia. Se le habla cada día; se le explican las preocupaciones. Es filmado y tiene su álbum con las fotografías de sus travesuras, y de sus aniversarios. Tiene su veterinario, a menudo una doctora, y su propia cartilla de salud. Cuesta… lo que cuesta; no importa, es un miembro más de la familia. Claro que… hablamos de los gatos de París.
Por otra parte, con o sin problemas de comportamiento, lo cuidamos…
"Usted no abandonaría a su hijo porque presentara un problema de comportamiento, ¿verdad?".
La dependencia se demuestra particularmente cuando llega la muerte del gato; su desaparición es seguida de dolor, de una verdadera reacción de pesar, con todo lo que conlleva la tristeza, de depresión transitoria y de tiempo necesario para la cicatrización de la herida causada por su pérdida. El gato jamás será olvidado. Permanece en la memoria como todos los hechos y emociones que marcan una existencia.
Esta hermosura es BELTZA. Gatito de 10 años que ha sido abandonado por un matrimonio. Lo dejaron en una consulta veterinaria y contaron un cuento increíble. El gato no responde a su nombre ¡Después de 10 años viviendo en una casa!. ¿Que clase de sensibilidad tienen estas personas?
FUENTE: "LA EDUCACIÓN DEL GATO"
AUTORES: JOËL DEHASSE & COLETTE DE BUYSER.
EDICIONES OMEGA, S.A., Barcelona, 1996.
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